Infojus Noticias

A las doce y cuarenta del viernes pasado, el cadáver de un hombre flotaba boca abajo en las aguas del río Suquía, a escasos metros de la Casa de Gobierno de Córdoba. Pese a que llevaba sus documentos, la Policía guardó celosamente su identidad hasta el martes 23. Cuando el misterio se rompió, causó un fuerte impacto en el ámbito político y empresarial. El que flotaba era Marcelo Arias, ingeniero mendocino de 39 años, presidente de la empresa Newen S.A, contratista del Estado provincial y denunciada por enriquecimiento ilícito.

Con la autopsia se quebró el segundo misterio: Arias no se accidentó, sino que fue violentamente atacado, y los investigadores creen que no fue un simple robo sino un crimen premeditado. Con los brazos quebrados, las muñecas dislocadas, golpes en la cara, y en la frente una perforación que pudo haber sido hecha por un elemento metálico, el empresario fue arrojado al cauce aun con vida pero inconsciente, en pleno centro de la ciudad, pocas cuadras antes de donde fue encontrado. En ese transcurso murió ahogado. El fiscal de instrucción José Alberto Mana está convencido que los atacantes fueron, al menos, dos. “Es como si alguien hubiera trabado sus brazos desde tras mientras otro lo golpeaba”, dijo una fuente policial a Infojus Noticias.

 El cuyano había llegado a la provincia para mantener algunas reuniones de negocios. Su empresa, con sede en Mendoza, participa de la construcción de importantes gasoductos en Córdoba, y cuenta –desde hace siete años– con los favores de la gestiones de José Manuel de la Sota y de su antecesor, el ahora candidato a diputado Juan Schiaretti. Newen estuvo liderada por Roberto Daniel Martín, que pasó a ser un importante funcionario de Schiaretti en el área de obras públicas en el 2009. Él manejaba el presupuesto de las obras en las que su propia empresa participaba.

Por entonces Marcelo Arias era un cuadro técnico. Aun se especula con que tenia pautado un encuentro con un funcionario del gobierno el día que murió. “Al gobernador le tiraron, literalmente, un cadáver en el patio”, dijo un hombre de la política. Se refería a que su cuerpo fue rescatado muy cerca del despacho gubernamental. Pudiendo ocultar la prueba del delito en muchos lugares de la ciudad, sus ejecutores eligieron justo ese, por donde miles de autos y personas transitan a diario.

La hora del misterio

Desde que el diario La Voz del Interior dio a conocer la identidad del difunto, el martes pasado, la gran incógnita está puesta en dilucidar dónde y con quién estuvo Marcelo Arias la mañana del día que murió. Se sabe que no se alojó en ningún hotel. Que mantuvo una reunión en barrio Nueva Córdoba, cerca del centro.

Por el ticket de un taxi que tenía en su billetera, el fiscal pudo reconstruir que desde ahí viajó 45 minutos hasta la calle Juan B Justo, donde tenía una reunión en la sede de la empresa estatal Ecogas. Pero nunca llegó al encuentro. El taxista declaró que lo vio entrar al edificio de enfrente, el Centro de Participación Comunal (CPC) Centroamérica. “Pudo haber ido al cajero”, especula el fiscal. Eran las 11,40 de la mañana. Desde allí realizó una llamada a su empresa, en Mendoza, avisando que faltaría a la cita porque se había olvidado unos documentos.

Ahí comienza la hora del misterio, el momento en que Arias se cruzó con sus atacantes. Se presume que pudo haber regresado en taxi al centro, pero lo llamativo es que no haya ticket de vuelta.  Ayer, el fiscal trataba de establecer si había llegado a la casa de una hermana, que ese día no se encontraba en Córdoba.

A una semana de crimen del Suquía, los esfuerzos están puestos en dilucidar qué pasó en esos minutos ¿Dónde fue raptado? ¿Lo golpearon dentro de un auto o en otro lugar? Por el tipo de lesiones que tiene, presumen los pesquisas que fue torturado por un buen rato, por eso descartan que haya sido en la costanera, a la vista de todos. Los investigadores ven transcurrir los días presionados por esa vieja premisa que dice que el tiempo que pasa es la verdad que huye. En las primeras 48 horas –siempre cruciales para resolver un crimen– no se llegó a mucho.

Por eso ayer una comisión de la Policía de Córdoba se instaló en Godoy Cruz, Mendoza, donde vivía Arias, con el objetivo de trazar un perfil de quién, además, era profesor universitario. El móvil del robo fue descartado desde el primer día: el cuerpo tenía la billetera y los tres celulares que el fiscal mandó a analizar. Solo faltaría el maletín con papeles de importancia.

“Pedimos a cualquier testigo ocasional que haya visto algo en la costanera que se acerque”, dijo el fiscal a Infojus Noticias. Para Mana, el malogrado empresario fue arrojado al río justo debajo del puente Sarmiento. Arias habría viajado flotando despacio los 400 metros que separan ese puente de la Casa de Gobierno, donde fue rescatado, ya muerto.

Newen investigada

Desde marzo de 2012, en la fiscalía del fuero Anticorrupción que preside Gustavo Hidalgo, descansa un expediente contra la empresa Newen S.A, el ex ministro de Obras Publicas, Hugo Testa y nueve intendentes, por la comisión varios delitos. Quién efectuó la denuncia penal es el actual legislador Ricardo Fonseca, en base a una investigación del periodista Sergio Carreras. Con su presidente en el ceno del Gobierno Provincial, Newen se había beneficiado en la concesión de millonarias obras cuyo seguimiento técnico estaba a cargo del ahora difunto Arias. Newen también cobraba cánones a las comunas de las Sierras Chicas, una región cercana a la capital, por tareas que no realizaba. “La empresa era y es una operadora del gobierno provincial, y sus directivos formaban parte del gabinete. La consultora pasó a tener ahora extensiones internacionales en Madagascar y Sudáfrica”, dijo a Infojus Noticias  el legislador Fonseca.