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Infojus Noticias

31-7-2014|12:20|A 40 años Nacionales
Fotogalería

Las diez fotos inéditas del velatorio de Ortega Peña

El cortejo fúnebre se convirtió en una marcha opositora. Había militantes de distintas fuerzas políticas y buena parte del arco sindical. La policía intentó secuestrar el cajón con el cuerpo de quién murió siendo diputado nacional.

  • Fotos: ARGRA fototeca
Por: Pablo Waisberg

–¿Qué pasa, flaca?

Fue lo último que dijo Rodolfo Ortega Peña. Helena Villagra, su compañera, vio un fogonazo, una bala le rozó el labio superior y sintió como si una bombita de agua le estallaba en la boca. Después llegó el ruido de la ametralladora. Rodolfo se cayó sobre ella. Lo quiso sostener, lo abrazó para cubrirlo y ambos se fueron deslizando sobre el paragolpes de un Citroën. Ella no podía sostener a ese hombre de casi cien kilos al que le habían pegado trece balazos. Los dos quedaron en el suelo. Ortega Peña había sido abogado laboralista, defensor de presos políticos, historiador,  militante y diputado nacional por el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli). Y esa misma noche, la del 31 de julio de 1974, se convertía en la primera víctima que la Triple A reivindicaría públicamente.

Lo velaron en la Federación Gráfica Bonaerense, en Independencia y Paseo Colón. A la mañana, una movilización multisectorial acompañó el cuerpo hasta el cementerio de la Chacarita. Incluía desde líderes de organizaciones armadas hasta estudiantes secundarios que habían luchado intensamente para escuchar rock en las clases de música o para que las chicas pudieran usar pantalones.La Policía Federal montó un operativo de proporciones. Incluyó tanquetas y personal del Cuerpo de Caballería. Tres veces intentaron apoderarse del cajón y dispersar el cortejo, y terminaron reprimiendo en la entrada al cementerio. Apenas unos cien deudos y militantes lograron ingresar.

La llovizna no aflojaba. Había muy pocos paraguas y muchas manos levantadas. Unas terminaban en V, otras en puños cerrados. Eduardo Luis Duhalde, más erguido que nunca, leyó el discurso: “En mi despedida no hay llanto porque en otras despedidas aprendimos cómo se saluda a los soldados del pueblo que caen”.

El taxi del que había bajado Ortega Peña fue perforado a balazos y el taxista sobrevivió de casualidad.

Ortega Peña recibió la primera ráfaga de balas y cayó sobre el Citroën.

Raimundo Ongaro no lo dudó y ofreció las instalaciones de la Federación Gráfica Bonaerense para hacer el velorio.

Duhalde pasó toda la noche en la Federación Gráfica y allí escribió el discurso de despedida.

El cortejo fúnebre partió de Independencia y Paseo Colón rumbo a Casa de Gobierno.

 

La Policia Federal detuvo militantes durante toda la movilización.

En la puerta del cementerio, Duhalde bajó a negociar con el comisario Torres, a cargo del operativo.

Helena Villagra, la segunda mujer de Ortega Peña, también discutió con el comisario en el ingreso a la Chacarita.

"En otras despedidas aprendimos cómo se saluda a los soldados del pueblo que caen”, dijo Duhalde.

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