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27-2-2014|10:18|Barras Nacionales
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Un fallo del TOC N° 13

Decía que era barra de All Boys y extorsionaba a comerciantes

Exigía dinero a encargados de locales nocturnos, panaderías, bares y restaurantes, a modo de “colaboración” para la barra de All Boys. Fue condenado a seis años de prisión por coaccionar y amenazar con represalias a quienes no aportaran.

Por: Néstor Espósito

Un presunto barra brava de All Boys fue condenado a seis años de prisión por extorsionar y coaccionar a comerciantes exigiéndoles sumas de dinero, con la advertencia de que en caso de no “colaborar” sufrirían represalias. El Tribunal Oral en lo Criminal Número 13, con las firmas de los jueces Adolfo Calvete, Diego Leif Guardia y Enrique Gamboa, dispuso la condena contra Hugo Reinaldo Corvalán, de 65 años de edad y aquejado por una grave dolencia, de la que se está recuperando.

De acuerdo con la descripción de los hechos imputados, Corvalán exigía “la entrega de diferentes sumas de dinero” a encargados de locales nocturnos, panaderías, bares y restaurantes de pequeña envergadura, a modo de “colaboración” para la barra de All Boys. En ocasiones se presentaba como integrante de las hinchadas de Excursionistas o Belgrano. A veces se movía a través de llamados telefónicos “con la ayuda de otros sujetos aún no individualizados, quienes en algunos casos simularon poseer cargo electivo público”. La referencia concreta del tribunal se vincula con una mujer que se presentaba como “doctora Ibrisky (o Librinski), diputada del PRO”.

“Soy la Dra. Graciela Librinski, mi teléfono es xxx, soy diputada de la ciudad de Buenos Aires. Yo soy colaboradora de All Boys y conozco a los muchachos. Déselo por favor, que lo necesitan. Es para una fiesta de la murga de los chicos, sino yo se lo voy a devolver después”, reclamaba la misteriosa voz femenina.

Según consta en la resolución, al prestar declaración indagatoria Corvalán negó “terminantemente el hecho que se le imputa”. Dijo desconocer a las víctimas “ni a ninguna de las personas que están implicadas en la presente causa”. Incluso negó una relación estrecha con hinchada alguna: “si bien le gusta el fútbol, no es de ir a la cancha y mucho menos es hincha de Excursionistas. Refiere que vive en Lanús, y que tiene domicilio en Capital Federal en la calle Thames, ya que maneja un taxi en esta ciudad, y que en ese domicilio trabaja su tía”.

“Yo no conozco a estas personas, a ninguno. Nunca fui a los lugares que se mencionan ni voy a ningún club. No conozco All Boys ni los boliches que se nombran. No conozco a nadie, no sé de qué me están hablando”, completó.

No obstante, pese a esa negativa, aceptó su responsabilidad en los hechos que se le achacaron y “asistido por su defensor de confianza”, Ramón Salvador Heredia (el mismo que defendió a Ariel “el Colo” Luna, condenado por el crimen del barra brava de River Gonzalo Acro) “se manifestó conforme con la existencia de los hechos que se le imputan y a su participación en los mismos”. En el acuerdo intervino el fiscal de juicio Julio César Castro.

En un fallo de un centenar de páginas, Corvalán fue condenado como “coautor penalmente responsable de los delitos de extorsión reiterada en trece oportunidades, en concurso real con extorsión en grado de tentativa reiterada en tres oportunidades, que concurren materialmente con amenazas coactivas”.  El tribunal evaluó, para morigerar la pena de Corvalán, “su avanzada edad, las condiciones habitacionales en las que vive, los ingresos que percibe por sus labores, con las que puede cubrir sus necesidades más elementales, su bajo nivel de instrucción, que alcanzó la escuela primaria, la intervención quirúrgica a la que fue sometido habida cuenta el cáncer prostático que padeciera, y cuya dolencia no habría cesado”, además de una delicada historia familiar. 

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