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Infojus Noticias

26-6-2015|11:00|Memoria Buenos AiresProvinciales
A 13 años

Kosteki y Santillán: la estación de la memoria en 10 fotos

La imagen de los jóvenes se multiplica en cada rincón de la estación de trenes de Avellaneda, que lleva su nombre, y se convirtió en un manifiesto artístico y político.

  • Fotos: Leo Vacca
Por: Milva Benitez

En Avellaneda, desde que la policía bonaerense disparó y mató a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, el 26 de junio de 2002, la estación de trenes donde los asesinaron lleva las marcas de su memoria, la de los caídos en las luchas del pueblo.

La imagen de los jóvenes que participaban en el movimiento de desocupados MTD Aníbal Verón se multiplica en cada rincón. Recuerdan que estuvieron allí, que murieron siendo jóvenes y mostrándose solidarios cuando las fuerzas de seguridad atacaron para despejar el corte del Puente Pueyrredón, porque el gobierno encabezado por Eduardo Duhalde había decido que no iba a permitir los cortes.

Ese año, a un mes de sus asesinatos, “empezaron las primeras intervenciones para recuperar la estación. Porque había mucha bronca, sentíamos muchos dolor y necesidad de expresarlo”, dijo a Infojus Noticias Florencia Vespignani, artista y compañera de Darío en el MTD, involucrada desde entonces en la intervención cultural del espacio.

Florencia recordó que una de las primeras marcas –un mural con el rostro de los jovenes-se hizo sobre el puente, que une Avellaneda con la capital porteña. “Lo hicimos en el acto por el primer mes. En todo este tiempo solo se restauró dos veces; nadie intentó destruirlo, ni borrarlo”.

Desde entonces comenzó a gestarse la vigilia que ahora cada 25 de junio recuerda el día de la masacre. “Como en un cuadro pintado por Maxi, su mano de artista es apretada por la mano de pelea de Darío; para que no sienta tristeza de abandono, para que no viaje sola hacia lo incierto e injusto”, dice el poema Mano con mano que Manuel Suárez escribió para sus compañeros en junio de 2003, a un año de su asesinato.

Esas letras inspiraron a Florencia, que las hizo dibujo. Un brazo extendido, el de Darío arrodillado junto a Maxi, en un último intento para protegerlo. Los tiradores no se detuvieron, no les bastó. Tres años y seis meses después, en enero de 2006, la Justicia condenó a prisión perpetua a los ex policías Alfredo Luis Fanchiotti y Alejandro Acosta por doble homicidio. Esa imagen se fijó como ícono de las luchas y la solidaridad popular.

Ahora, cada rincón de la estación se convirtió en un manifiesto artístico y político de las broncas por las muertes injustas y las peleas del pueblo. Los obreros de la fábrica recuperada ex Zanón (actualmente FaSinPat, por fábrica sin patrón) de Neuquén mandaron un cerámico, que se integró al primer monolito que recuerda a Darío y a Maxi en la estación.

Al de ellos se suma el recuerdo del maestro neuquino Carlos Fuentealba, asesinado por la policía provincial. Al de Mariano Ferreyra, asesinado por una patota sindical en las inmediaciones de la estación, en octubre de 2010. Al de los pibes que murieron en Cromañon.

“Como las hormigas somos muchos, nos multiplicamos, somos todos iguales”, dijo Florencia a Infojus Noticias. Este año un herrero que milita por la memoria de estas luchas, hizo un montón de hormigas en metal en homenaje a Claudio “Pocho” Lepratti”, el militante social asesinado por la policía rosarina, el 19 de diciembre de 2001, cuando el pueblo dijo basta a un sistema de hambre y de exclusión. “Es un espacio de memoria para toda la lucha popular”, concluyó Florencia.

En 2013, las organizaciones y compañeros de Darío y Maxi consiguieron que la estación tomara el nombre de los caídos. Ahora, figura así en la folletería oficial. Al lado de la estación funciona un centro cultural y polo textil, con más de 20 máquinas de coser y un anfiteatro al aire libre, que gestionan los compañeros de Darío y Maxi. “Es parte de la lucha y de mucho trabajo es un espacio ganado. Que seguimos ganando cada día”.

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