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Infojus Noticias

22-9-2015|13:00|Investigación Buenos AiresProvinciales
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Parricidio

Doble crimen de Pilar: trasladaron al imputado a Melchor Romero

Mónica Chirivin, abogada de Leandro Yamil Acosta, confirmó que su defendido se encuentra alojado en esa unidad penitenciaria, donde la atención sanitaria y psiquiátrica es acorde a su situación. "Se trata de una persona muy afectada", explicó la letrada. Mientras tanto, se aguardan los resultados de los peritajes realizados a los restos humanos hallados en la casa.

  • Charo Larisgoitia
Por: Infojus Noticias

“Me dijo que lo volvieron loco, que ahora siente alivio porque se terminó la situación de abuso y sometimiento constante al que lo sometían y, dijo también, que todo esto lo hizo por sus hermanitos, para que ellos no sufrieran lo mismo que él”, compartió a Infojus Noticias Mónica Chirivin, la abogada defensora de Leandro Yamil Acosta, principal imputado en la causa por el doble homicidio de Pilar. La abogada confirmó, además, que a las 6:30 de la mañana de ayer, el chico de 25 años fue trasladado a la Unidad Penitenciaria N° 34, de Melchor Romero, donde la atención sanitaria y psiquiátrica es acorde a la situación del acusado. “No hay que olvidarse que Acosta tiene una colostomía, es discapacitado y presenta problemas psicológicos graves”, dijo Chirivin.

La decisión del traslado estuvo a cargo de Juzgado de Garantías N° 6 de Pilar. La abogada vio con buenos ojos que se tomara en cuenta la situación de salud de su defendido, acusado de matar a su padre, Ricardo Ignacio Klein (54), y a su concubina, Miryam Esther Kowalczuk (52). Chirivin aseguró que, a simple vista, Acosta presenta alteraciones en su psiquis. “Al entrevistarlo, mi impresión fue que se trata de una persona muy afectada; una persona que realiza este tipo de hechos, normal no está”, explicó y aclaró que el joven “no siente culpa, sino más bien que se siente aliviado por una carga que tenía desde niño. Para él fue como orgásmico”.

En este sentido, la abogada expresó que es muy prematuro hablar de una inimputabilidad, sobre todo, porque aún no están realizados los peritajes necesarios para determinar si Acosta, al momento de actuar, podía o no comprender lo que estaba haciendo. “Él dice que actuó para proteger a sus hermanitos, para que no le hicieran todo lo que le hicieron a él, incluso me pidió que no quedaran a resguardo de la familia”, contó la abogada y enseguida aclaró que estos dichos son manifestaciones que incluso pueden ser parte de una fantasía producto de su estado.

Además, la abogada confirmó aInfojus Noticias que, en su entrevista, el joven contó que había probado “un pedacito” de carne humana. “Le seguí la conversación. Le pregunté qué gusto tenía y me contestó: ‘Es más rica que la carne de cerdo’, y me mostró que el pedacito que probó era del torso, por debajo del pecho”, contó Chirivín.

En tanto, un grupo interdisciplinario de profesionales –conformado por médicos, antropólogos y odontólogos forenses– analizó ayer, durante seis horas, el contenido de las 16 bolsas con restos de desechos calcinados y lo que podrían ser fragmentos de huesos humanos. Las bolsas fueron halladas en un descampado ubicado a ocho cuadras de la casa donde se cometieron los homicidios del matrimonio Klein–Kowalczuk, ya que hasta allí fueron trasladadas por un cartonero que declaró haber sido contratado por el imputado Acosta. Los expertos volcaron el contenido de cada bolsa sobre bastidores tamizados y lograron separar una serie de restos óseos que parecen ser humanos.

Ahora, esos fragmento de huesos serán analizados en los laboratorios de la ciudad de La Plata para determinar científicamente si son restos humanos y si es posible identificarlos, a través de un examen de ADN u odontológico, si se hallara alguna pieza dental.

Además, hay una pelvis y un trozo que corresponderían a una columna vertebral femenina, que fueron encontradas parcialmente calcinadas en un tacho de pintura en la terraza de la casa. Eso también será analizado a fondo por los expertos para precisar si pertenecen a Kowalczuk, como se presume.

A cargo de la causa está el fiscal general adjunto de San Isidro, Marcelo Vaiani, que ya tiene acreditado por el trabajo de la Policía Científica que hay rastros de sangre y evidencias balísticas en la casa de la calle Sarratea 2726 de Manuel Alberti.

Según la versión de la otra imputada en la causa, Karen Daniela Klein (22) –hija de una de las víctimas y novia del otro victimario–, el autor de los homicidios fue su hermanastro y pareja. En su declaración indagatoria ante el fiscal, Karen sostuvo que colaboró con la limpieza y no denunció a Acosta porque estaba amenazada.

Asimismo, y según su relato, indicó que el crimen ocurrió alrededor de las 8.30 del 2 de septiembre, cuando los mellizos de 11 años –hijos de las víctimas y hermanastros de los imputados– no estaban en la casa porque Kowalczuk los había llevado al colegio.

La joven le contó a Vaiani que se despertó con un estruendo, que luego se dio cuenta que fue el balazo con el que Acosta ejecutó a Klein mientras dormía y que, cuando fue a ver lo que sucedía, vio que su madrastra llegaba a la casa y que su pareja le disparaba en la cabeza, para luego rematarla con otros dos tiros en el piso. La chica declaró que sólo vio los cuerpos el día del crimen, que en los días sucesivos Acosta hizo varias fogatas y que a ella le dijo que si contaba algo, también la iba a asesinar.

Además, aseguró que, por orden de su pareja, a sus hermanos les dijeron que sus padres se habían ido a jugar al bingo a Uruguay y los habían abandonado. Por último, contó que después del crimen, Leandro le decía que veía gente muerta, que tenía alucinaciones.

Según contó Chirivin, Acosta le había pedido que ella defendiera también a su novia, pero cuando se presentó para tomar el caso vio que la chica había declarado y que había incriminado directamente a su defendido, por lo que no pudo ejercer esa defensa por choque de intereses. “Me entrevisté con ella, la vi muy mal, distinto al estado de él, ella llora y quiere salir a toda costa”, contó la abogada, que definió el caso como “muy complejo”.

El doble crimen se descubrió el 13 de este mes, a la madrugada, cuando luego de una denuncia por averiguación de paradero por parte de uno de los hermanos de Klein –que era albañil y se dedicaba a la recolección de cartones y residuos a gran escala–, la Policía allanó la casa de la calle Sarratea 2726 y encontró una pelvis y parte de una columna, calcinadas en un tacho de pintura en la terraza de la vivienda.

En el domicilio, también se secuestraron 8.000 dólares que se creen pertenecían a las víctimas, una pistola calibre 9 milímetros –que sería el arma homicida–, una escopeta, un machete, tres hachas, dos palas y una horquilla. La principal hipótesis del fiscal Vaiani es que se trató de un crimen motivado por el odio que los imputados le tenían a sus padres y que lo hicieron para quedarse con las propiedades.

TELAM/JC/LL

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