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Infojus Noticias

24-9-2014|14:17|Olavarría Nacionales
Tercera audiencia del juicio

Monte Peloni: Carmelo Vinci, el primer testigo contó su cautiverio

A partir de las 9 de la mañana declara el primero de los sobrevivientes del centro clandestino de detención. Para el día de hoy están previstos doce testimonios. Carmelo habló con Infojus Noticias.

  • Fotos: Sol Vazquez
Por: Juan Carrá, desde Olavarría

Carmelo Vinci, el primer testigo del juicio por los crímenes del centro clandestino Monte Peloni, contó su secuestro y dio detalles de la forma en que operaban los militares. Osvaldo “Cachito” Fernández dijo que, una vez en libertad, pudo reconocer las voces de Grosse y Ferreyra como algunos de los represores que lo interrogaron durante su cautiverio. Ellos fueron las dos primeras víctimas en declarar. Antes del cuarto intermedio del mediodía, también Rosalía Vinci -hermana de Carmelo- recordó ante el tribunal momentos puntuales del operativo en el que secuestraron a su hermano Carmelo. La audiencia continúa con ocho testigos más.

Hoy Carmelo Vinci se reencontró por primera vez con los represores que lo tuvieron cautivo en Monte Peloni. Fue el primero de los doce testigos previstos para la tercera jornada del juicio que juzga a cuatro ex militares por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención de Olavarría durante 1977 y 1978. Poco antes de declarar frente al Tribunal Oral Federal 1 de Mar del Plata, Carmelo dijo a Infojus Noticias que está tranquilo, que para él, lo que le tocó vivir en Monte Peloni no es un tabú y que ya lo ha contado muchas veces. “Mi mujer y  mi hijo, de 13 años, saben todo lo que me pasó y cada vez que vamos al Monte les cuento la historia”, dice.

Entre los testigos de la tarde están familiares del matrimonio Villeres, quienes fueron trasladados a La Plata y aún permanecen desaparecidos.

Todo remite a Monte Peloni
 
Carmelo tiene una gráfica en el centro de Olavarría. Ahí trabaja junto a su mujer, pero hace unos días que el horario del negocio no concuerda con el que figura en el cartelito que cuelga de la puerta de entrada. “Los clientes ya saben”, dice Carmelo, casi siempre con la sonrisa a flor de boca. Solo la pierde cuando le llega a la cabeza el recuerdo de algún compañero que ya no está.
 
 
En la pared hay un pequeño marco de madera con una foto en blanco y negro: los trabajadores con los pantalones arremangados hunden sus pies en la fuente de la Plaza de Mayo. De fondo, se asoma la Casa Rosada sobre un mar de hombres y mujeres que piden la libertad de Juan Domingo Perón. Carmelo Vinci mira la foto, sonríe. Como si encontrara en el fondo de esa imagen la explicación de todo. Sabe que por su militancia peronista le tocó vivir el peor momento de su vida, allá por 1977 cuando fue secuestrado y llevado a Monte Peloni junto a sus compañeros. También sabe que su militancia es la que le permite afrontar la vida con la entereza y la tranquilidad de que tarde o temprano la Justicia llega.

Para Carmelo el juicio comenzó mucho antes y eso se nota en su lugar de trabajo. Carteles, volantes, imágenes. Todo remite a Monte Peloni. Él fue uno de los que trabajó incansablemente para instalar el tema en la ciudad del cemento. “Estoy esperando que termine para descansar un poco. Ando con somnolencia… me acuesto tarde, me levanto temprano…   No estoy nervioso, pero internamente debe haber algo…”, cuenta.

Para él, una de sus expectativas sobre el juicio, además de las condenas a los imputados, es que empiecen a surgir datos para poder investigar a los responsables ideológicos de lo que ocurrió en Olavarría.

Con la declaración de Carmelo el juicio entra en su etapa más fértil de acumulación de prueba. El cronograma se extiende por unas seis semanas y se esperan unos cincuenta testigos.

 

    

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