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Infojus Noticias

3-6-2014|18:40|Lesa Humanidad Nacionales
La Argentina investiga las desapariciones de la dictadura española

Crímenes del franquismo: “La visita a España fue muy positiva”

Lo admitió a Infojus Noticias la jueza federal María Romilda Servini de Cubría, que estuvo durante dos semanas visitando tribunales de Sevilla, Málaga, Madrid y parte del País Vasco. Escuchó el relato de ocho sobrevivientes y deudos del régimen del terror que implantó Franco.

  • Sol Vazquez.
Por: Laureano Barrera

La jueza federal María Romilda Servini de Cubría regresó de España con ocho piezas más de un rompecabezas que, en una investigación todavía incipiente, parece inasible. Durante 13 días por distintos juzgados de la península, que incluyó los tribunales de Sevilla, Madrid y parte del País Vasco, la magistrada que investiga los crímenes del franquismo oyó el relato de ocho sobrevivientes y deudos del régimen del terror que implantó el generalísimo Francisco Franco (1936-1975) que por primera vez en su vida contaron sus penurias a la Justicia.

“La visita a España fue muy positiva. Salvo en un caso, donde la jueza en Málaga no quiso recibirnos, el resto de los jueces han sido amables y cumplieron con los requerimientos que hicimos”, dijo Servini de Cubría, en diálogo telefónico desde su casa con Infojus Noticias. Desde que pisó el aeropuerto de Ezeiza, el último sábado, la jueza pasa unos días de licencia personal hasta su reincorporación al juzgado el próximo 14 de junio. El caso de Málaga al que refiere podría ser vital para la investigación: según le dijeron los operadores judiciales en España, se estima que podría haber en la zona fosas comunes con alrededor de 4000 cadáveres. “De todas formas, se han comprometido a cumplir el próximo 18 de junio con el exhorto que enviamos requiriendo información sobre esa tumba de alrededor de 4.000 cuerpos”, agregó Servini.

-¿Cómo surgió la idea de viajar a España a tomar testimonios?

-Fue a raíz de un problema de varias de las víctimas que tienen alrededor de 90 años y no podían venir a testificar hasta Buenos Aires, y varios están enfermos y no tienen ningún consulado cercano. Por eso me pidieron repetidamente que yo fuera hasta allí. En todos lados nos recibieron muy bien, visitamos la Audiencia Nacional de España, y fue la primera vez que en la audiencia nacional de España se hacía una entrevista así con un juez extranjero.

-¿Cómo encontró la sensibilidad del país respecto de un tema muy espinoso, luego de lo que sucedió con el juez Baltasar Garzón, por ejemplo?

-Creo que lo que pasó con el juez Garzón no sólo tuvo que ver con lo del franquismo, también hubo otros temas. En la Audiencia me recibieron muy abiertamente.

-¿Cree que España vive un momento de apertura respecto del proceso de juzgamiento histórico?

-No, todavía no. Habría que ver que va a pasar a partir de ahora, con la abdicación del rey, pero hasta que me fui yo, el 31 de mayo, no había tal apertura.

Los testigos

Félix Padin tiene 97 años y un cautiverio tortuoso sobre sus espaldas que incluyó varias prisiones del franquismo antes de recalar en el siniestro campo de concentración de Miranda de Ebro. En sus memorias, publicadas en 2009, el ex sargento anarquista de los batallones Isaac Puente y Durruti de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) relata con lujo de detalles las humillaciones y las torturas. “Éramos prisioneros de guerra, éramos rojos, éramos contrarios a esa nueva sociedad y por eso teníamos que sufrir las bajezas y los malos tratos que nos daban”, recordó en la bitácora de su pasado.

Y más: “Desde que se inauguró este campo de concentración cuanta miseria y hambre, cuántos muertos en las fugas, y en el Palo de la Bandera, cuanta miseria humana y vejaciones se habían pasado alli, y se seguía con el mismo sistema de opresión. Éramos rojos, según ellos, y su misión era el exterminio”.

Servini de Cubría se acercó hasta al Hospital de Miranda de Ebro, en Burgos, donde estaba internado, para oír la historia del miliciano, porque la jueza local no contestó los llamados de su par argentina. También oyó a Antonia Parra, de 77 años, que sigue peregrinando para dar con los restos de su padre, fusilado el 4 de septiembre de 1936; a Francisco Marín, de 92, en cuya última imagen, cuatro falangistas y cuatro agentes de la Guardia Civil se llevan su padre de su casa. También a otras víctimas: Faustina Romeral, ex detenida e hija de un diputado provincial por el PSOE y Julen Kaltzada, uno de los cien curas que pisó la cárcel de Zamora durante el franquismo, con un padre detenido y fusilado por su cargo de concejal de Vitoria.

-¿Cuál fue el valor probatorio e investigativo de los testimonios que recogió en España?

-El avance fue significativo, porque estuvimos con víctimas directas, que estuvieron en esos episodios. Me entrevisté con gente de distintas regiones de 97 años que estaban muy lúcidos. En otros casos fueron sus padres los que sufrieron todo aquello. Además, estuvimos en el museo histórico y se comprometieron a pasarnos la información que le requiramos”, se esperanzó la jueza.

-¿Cuáles son las similitudes y las diferencias con el proceso de enjuiciamiento del terrorismo de Estado en Argentina?

-Son situaciones completamente distintas. Si bien han sido dos situaciones de horror muy desagradables, en España fue distinto: fueron más las víctimas, más el daño que se produjo porque se persiguió a la familia, a los chicos no se les permitió ir a la escuela. Y aquí todavía hay mucho miedo: faltan ir a declarar muchísimas personas.

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