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Infojus Noticias

5-12-2013|20:06|Reclamo Buenos AiresProvinciales
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El reclamo de una madre

Se encadenó en los tribunales de Morón para pedir justicia por su hija

Amalia Ortega se encadenó para pedir la libertad definitiva de su yerno y de su hija, Luz Gómez. Hace casi dos años cargan con el karma de ser acusados de un crimen sin más pruebas que una mochila que apareció en el lugar de los hechos. El caso pone de relieve cómo funciona la Justicia en Morón y quiénes son las caras de la familia judicial.

Por: María Florencia Alcaraz

En la entrada de los Tribunales de Morón las manifestaciones, las pancartas exigiendo justicia y los familiares de víctimas que protestan son una estampa casi cotidiana. Ayer, Amalia Ortega, la madre de Luz Gómez, se encadenó frente al edificio ubicado en la esquina de Colón y Almirante Brown. Lo hizo para pedir la libertad definitiva de su hija y yerno. Hace casi dos años cargan con el karma de ser acusados de un crimen sin más pruebas que una mochila que apareció en el lugar de los hechos. Se trata de un caso que pone de relieve cómo funciona el tercer poder en Morón y quiénes son las caras de la familia judicial.

En septiembre, cuando la jueza de Garantías Mónica López Osornio dictó la excarcelación para la pareja, parecía que el mal trago había pasado. Pero a las dos semanas el fiscal general de la Unidad Fiscal de Instrucción 7, Matías Rappazzo, apeló a la decisión de la magistrada y finalmente la semana pasada la Cámara de Apelaciones de Morón ratificó esta apelación. Ahora, llegarán a juicio.

“Rappazzo se ensañó con ellos. Teniendo los nombres de los verdaderos culpables de ese delito nunca hizo nada para investigar”, dijo a Infojus Noticias la madre de Luz, con cadenas en su cintura.

Luz y su familia creen que la Justicia los considera culpables de antemano. Sin embargo, el fiscal asegura que él solo pidió la elevación a juicio. “Hay elementos suficientes para que la causa llegue al debate oral. Hasta que no se resuelva lo contrario, ellos siguen siendo inocentes”, explicó Rappazzo en diálogo con Infojus Noticias.

Todo queda en familia

El nombre de este fiscal no es la primera vez que rebota en la escena mediática y genera polémica. El apellido Rappazzo es un ejemplo claro que en el Departamento Judicial de Morón todo queda en familia. El fiscal, quien también instruyó la causa que investigó al cura pedófilo Julio Grassi, es hijo del reconocido abogado penalista de la zona oeste del conurbano: Luis “Bocha” Rappazzo.

Rappazzo padre nunca tuvo un cargo en los Tribunales pero es uno de los hombres claves de la “familia judicial” y la máxima expresión de esta corporación. La bienvenida se la dio haber representado al ex senador provincial duhaldista Horacio Román. En la década del ’90, Román fue el hombre fuerte del Partido Justicialista en esta zona del conurbano.  Quienes conocen de cerca la genealogía del poder judicial de Morón saben que muchos funcionarios judiciales fueron puestos bajo las órdenes de Román cuando presidía las comisiones de Asuntos Constitucionales y Acuerdos y la bicameral de Seguridad de la Legislatura bonaerense. 

Aunque no fue querellante, en 2002 Rappazzo padre fue uno de los abogados que preparó la estrategia judicial junto con el convoy de hombres que integraban la defensa de Grassi durante el juicio oral que lo condenó a 15 años de prisión por abuso de menores. Rappazzo no quería ser la cara mediática pero coordinó la defensa junto con Martín Tipito, Daniel Calvo,  Ricardo Malvicini y Jorge Sandro, quien fuera abogado de Alfredo Yabrán y su custodio Gregorio Ríos por el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas. Cuando se conoció la sentencia del caso, “El Bocha”, como lo conocen todos, festejó junto con los defensores del sacerdote porque todavía no iría preso.

El currículum de Rappazzo padre se completa con otros casos de abuso sexual en el que el abogado defendió a los acusados. “Bocha” representó al ex comisario de la Policía Bonaerense, Néstor Eduardo Osmar Ullúa, acusado de violar a la hija de su mujer, una nena de 13 años. El hombre estuvo sólo unos meses detenido en 2005. En 2011 comenzó el juicio oral que resolvería su situación procesal pero que se vio interrumpido porque el ex policía se fugó mientras gozaba de una libertad morigerada.

El abogado también fue defensor de Marcelo Pecollo, un maestro de música de un jardín de infantes de Merlo, que fue condenado a 30 años de prisión en 2011 por haber abusado sexualmente de al menos cinco chicos.

La política es otro de los métiers del “Bocha”. En 2011 se postuló como intendente de Morón por la fórmula presidencial Eduardo Duhalde-Mario Das Neves. No ganó. Lucas Ghi, el discípulo de Martín Sabbatella fue quien se quedó con la intendencia.

Una serie de hechos desafortunados

“Si bien son un claro ejemplo de la familia judicial creo que padre e hijo trabajan diferente. Matías Rappazzo es un hombre con el que se puede dialogar”, aseguró una fuente judicial a Infojus Noticias. Tal vez por la cuestión generacional, los dos son portadores de distintos estilos. A pesar de que Rappazzo hijo pidió la elevación a juicio en la causa Gómez-Romero es cierto que el propio fiscal recibió en varias oportunidades a la madre de la joven acusada del crimen, que es quien encabeza el reclamo de búsqueda de justicia. Nunca le cerró las puertas de la fiscalía.

La participación de la familia Rappazzo en el ámbito judicial no se limita al costado masculino de la casta. La esposa de “Bocha”, Andrea Bearzi ocupa un cargo dentro de la Justicia. La mujer figura como una de las juezas del Tribunal Oral Criminal 6 de Morón.

Mientras que la hija de la pareja, Guillermina Rappazzo, fue secretaria administrativa en la Fiscalía Número 6. No se trata de una fiscalía cualquiera. Esm la dependencia judicial a cargo de Marcelo Tavolaro, el fiscal que investigó el crimen de Candela Sol Rodriguez en 2011. La investigación fue un cúmulo de errores y Tavolaro terminó apartado de caso y enfrentando la posibilidad de un juicio político. Guillermina Rappazzo afronta una denuncia penal y un pedido de sumario por su intervención.

SI bien el apellido Rappazzo es la molécula de la “familia judicial” en Morón, la casta se completa con el patriarca del distrito que lleva otro apellido: Federico Nieva Woodgate, quien asumió como fiscal de Cámara durante la última dictadura militar y, en 1998, con la reforma del Código Penal, se convirtió en fiscal general hasta el día hoy. En Morón todos saben que el hombre de escasa cabellera blanca es quien marca el puso judicial del distrito. Nieva Woodgate también tiene un pedido de jury en su contra por su participación en el caso Candela.

El 21 de diciembre se van a cumplir dos años desde que la vida de Luz Gómez, Diego Romero y su pequeña hija Zaira cambió: el lenguaje judicial y los ámbitos de la Justicia se hicieron lugar común para ellos. La distracción –o el azar- hizo que se olvidaran una mochila en un remis. Eso desencadenó una serie de hechos desafortunados y quedaron relacionados a un crimen.  Todavía no se ha sorteado un Tribunal para el juicio que resolverá su situación procesal. Los antecedentes hacen que la familia Gómez-Romero no tenga muchas esperanzas depositadas en la Justicia de Morón.

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