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Infojus Noticias

24-12-2014|12:14|Miguel Bru Buenos AiresProvinciales
El estudiante desapareció en agosto de 1993

Rosa Bru: "La sensación es que vamos a tener otro asesino en la calle”

Lo dijo la madre del estudiante desaparecido, al referirse a la decisión de la Justicia penal de La Plata que ordenó la libertad condicional de Justo López, condenado a prisión perpetua por el homicidio su hijo. “Repudio este fallo, es una vergüenza", dijo Rosa. Cómo sigue la causa.

  • Leo Vaca
Por: Cecilia Devanna

El 17 de agosto de 1993 el estudiante de periodismo, Miguel Bru, fue detenido y trasladado hasta la comisaría 9 de La Plata. Ahí, el sargento de la Policía Bonaerense, Justo López, lo torturó hasta matarlo. Desde entonces, Bru permanece desaparecido, y a López lo condenaron a prisión perpetua por el homicidio. Ahora la justicia penal platense le otorgó la libertad condicional. López, era el único detenido que quedaba por el caso. “Repudio este fallo, es una vergüenza. Muchos asesinos recuperan la libertad y vuelven a matar. Este sujeto, que estuvo muy poquitos años detenido, tiene mucho odio. Espero que no tome represalias contra quienes atestiguaron contra él”, dijo Rosa Schonfeld, la mamá de Miguel, en declaraciones a la prensa. La mujer adelantó que en los próximos días hablará con el fiscal general de Casación ¡para ver si puedo apelar o hacer algo”.

La medida la ordenó la camarista penal de La Plata María Silvia Oyhamburu, que actúa como jueza de ejecución en la causa, luego de que el Tribunal de Casación provincial revocó una decisión de la magistrada que le denegaba la libertad condicional al ex policía.

A López lo condenaron a perpetua en 1999 por las torturas que terminaron en el homicidio del estudiante de periodismo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), de 23 años, y gozaba de salidas transitorias de 48 horas mensuales desde hacía unos tres años. El año pasado su defensora, Norma González, había pedido la libertad condicional del policía al considerar el tiempo que lleva detenido que, en base a la aplicación de la derogada ley del "2 por 1", ya alcanza 20 años, que es la cantidad de años a cumplir para acceder a ese beneficio.

En diciembre del año pasado Oyhamburu había rechazado otorgar ese beneficio en base a un informe del Servicio Penitenciario bonaerense (SPB), que afirmaba que el imputado no había realizado una "reflexión objetiva" del hecho, cuya autoría se le atribuye y aún continuaba manifestándose "inocente" y víctima de una "cuestión política".

La magistrada consideró que el ex sargento de la comisaría novena de La Plata había cumplido con el requisito temporal para acceder a una condicional, pero que no podía concretarse debido a los informes periciales que le salieron negativos. Pero en octubre de este año el Tribunal de Casación Penal provincial revocó la resolución de Oyhamburu señalando que no se puede fundamentar una denegatoria con un informe psicológico y psiquiátrico del SPB.“Hace apenas un año, el mismo tribunal dijo que Justo José López, el asesino de Miguel, no estaba apto para reinsertarse en la sociedad porque el estudio psicológico no le daba esa posibilidad”, dijo Schonfeld. “Me sorprende porque parece ser que en un año ese sujeto ya se recuperó y está apto para salir”, y agregó que “la sensación es que vamos a tener otro asesino en la calle”.

En 1999, junto a López, también había sido condenado cadena perpetua por el caso, el ex subcomisario Walter Abrigo, que murió en prisión. El entonces comisario de la Comisaría Novena, Juan Domingo Ojeda, fue condenado a dos años de cumplimiento efectivo de la pena, pero recuperó su libertad con sólo ocho meses de prisión, al igual que el oficial Ramón Cerecetto, quien fue acusado de borrar el nombre de Miguel del registro de entradas de la Comisaría.

“¿Dónde está Miguel?”

En agosto de 1993, cuando faltaba poco para que se cumpliera una década del retorno a la democracia, Miguel Bru desapareció. Estudiante de periodismo, Miguel había denunciado a efectivos de la Comisaría 9 de La Plata por un allanamiento ilegal en su casa. Desde ese momento comenzó a ser amenazado y hostigado para que retirara la denuncia. Según consta en los expedientes, fue secuestrado cerca de la localidad de Bavio, el 17 de agosto de aquel año. Las declaraciones de varios detenidos y las pericias en el libro de guardia, permitieron comprobar que lo ingresaron en esa seccional, entre las 19 y las 20, donde lo vieron por última vez mientras lo estaban torturando.

Era la época de la “Maldita Policía” al mando de Pedro Klodzyk, cuando Eduardo Duhalde gobernaba la provincia de Buenos Aires. A esa policía denunció Miguel después de que el llamado de un vecino quejándose por ruidos derivara en el allanamiento ilegal en la casa de la calle 69 n°281, donde vivía con unos amigos.

Su mamá, Rosa, supo desde el primer instante que algo grave había ocurrido. Pero su esposo Néstor era policía, y confiaban en la institución. Una noche llegaron a su casa amigos y compañeros de La Escuelita –la Escuela Superior de Periodismo, de La Plata– y convencieron a Rosa de la necesidad de contratar a un abogado. En la investigación del periodista Pablo Morosi –¿Dónde está Miguel? El caso Bru. Un desaparecido en democracia (Marea)–, Rosa recordó: “fueron los chicos, sus amigos y compañeros de Periodismo, los que nos abrieron los ojos, nos hicieron ver el hostigamiento del Servicio de Calle de la comisaría 9° hacia Miguel”.

El encubrimiento policial de aquellos días tuvo la venia judicial del ahora ex juez Aníbal Vara. Mientras la causa por la desaparición de Miguel estuvo bajo su órbita no se registró un solo avance. Para el juez no había nada que investigar “sin cuerpo no hay delito”. Decía. Un jury de enjuiciamiento lo destituyó en mayo de 1998 por encubrimiento, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público en 27 causas, entre ellas la de Miguel.

Después la causa por la desaparición de Miguel pasó a manos del juez Ricardo Szelagowski y empezó a investigarse. El abogado de la familia fue el joven Omar Ozafraín, a cargo de la defensoría de pobres y ausentes N°8 de La Plata.

El juicio llegó recién en 1999 y probó que Miguel fue detenido ilegalmente y torturado hasta su muerte en un calabozo de la comisaría 9° de La Plata. Cuatro personas fueron condenadas: a prisión perpetua el subcomisario Walter Abrigo y el suboficial Justo López; a dos años el comisario Juan Domingo Ojeda –“torturas posibilitadas por negligencia”–, y el suboficial Ramón Ceresetto –por fraguar el libro de guardia–.

Antes de que el caso fuera público, sus amigos comenzaron a organizarse. Cuenta el libro de Morosi “las primeras reuniones se hicieron en la casa que alquilaban Gastón Harispe y Pablo Tulián, una casona sobre diagonal 78. A dos cuadras, el departamento en el que vivían Cristian Alarcón y Josefina Giglio también se usaba para improvisar mitines, así como la vivienda que compartían Jorge Jaunarena y Antonia Portantieri”. El miércoles 22 de septiembre de 1993 en una multitudinaria asamblea estudiantil de La Escuelita se preparó la primera marcha reclamando una “investigación a fondo sobre la desaparición de nuestro compañero”. Convocaron a organizaciones sociales y a jóvenes para marchar desde la escuela de periodismo hasta los tribunales de La Plata.

La Asociación Miguel Bru fue una organización antes de decidirse a serlo. “La Bru”, con su insistencia, canales, contactos, fue armando redes sin saberlo. Hoy, además de asesorar a quienes se acercan a la asociación, patrocina legalmente casos de abuso policial. Y cada 17 de agosto realiza una vigilia en la puerta de la comisaría 9°. Desde hace 21 años la pregunta “¿dónde está Miguel?” se sigue repitiendo.

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