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El futuro del ex jefe de la Policía de Santa Fe Hugo Tognoli comenzará a definirse a partir del 11 de noviembre. Ese día comenzará el juicio oral en el que está acusado por "encubrimiento agravado" a un reconocido narco santafesino y de “coacciones” a la líder de Madres Solidarias, Norma Castaño, quien denunció la "connivencia" entre ellos.

Este será el primer juicio que enfrenta el exjefe policial, que está detenido en la cárcel de Las Flores, en la ciudad de Santa Fe por otra causa que aún continúa en instrucción. El juez federal de Rosario, Carlos Vera Barros lo procesó por formar parte de una "empresa criminal" dedicada al comercio de drogas.

El Tribunal Oral de Santa Fe –integrado por los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano Lauría- acumuló tres investigaciones. En el banquillo, además del exjefe, estarán otros dos policías de su confianza, José Luis Baella y Mauricio Otaduy, y dos narcos, Daniel "Tuerto" Mendoza y el remisero Fernando Torres.

En el pedido de elevación a juicio, el fiscal federal Walter Rodríguez sostuvo que el ex jefe “ayudó a eludir”, al menos en dos oportunidades, las investigaciones por “comercialización de estupefacientes, del cual tenía cabal conocimiento, con ánimo de lucro”. Como director general de la división antidrogas de la policía, Tognolli “informó sobre casos de menor cuantía (simple tenencia de estupefacientes para consumo personal), y omitió comunicar la existencia de investigaciones por infracción a la ley 23.737 seguidas contra Daniel Francisco Mendoza”.

Castaño, directora de la Asociación Madres Solidarias, visitó a Tognoli en marzo de 2010. La mujer, madre de un joven adicto, le entregó una carpeta con nombres, apellidos y direcciones de presuntos narcos de la ciudad de Santa Fe. “Le llevamos toda la información: cuánto vendía, cómo vendía”, contó la mujer a Cosecha Roja. Entre los denunciados estaba el “Tuerto” Mendoza.

El ex comisario prometió investigar. Pero ocho meses después, Castaño descubrió que el “Tuerto” Mendoza seguía libre y que había aumentado su patrimonio: vivía en una quinta de dos pisos y se había comprado cuatro autos y tres motos. En noviembre de ese año, la mujer denunció a Tognoli y otros policías por complicidad con el narcotráfico. Tres meses después, en su casa, recibió la visita de Mendoza.

—¿Cuánta plata querés para retirar la denuncia contra Tognoli? —dijo Castaño que le preguntó el presunto narco. Al día siguiente, Castaño denunció la extorsión del hombre. La mujer también denunció  amenazas por mensajes de texto.

El juez federal Francisco Miño, a cargo de la instrucción del expediente, consideró que “esas amenazas materializadas bajo la forma de mensajes de texto han tenido la entidad suficiente” para que Castaño retire sus denuncias contra Tognoli.