Infojus Noticias

El 5 de octubre de 2010 Julián Antillanca fue golpeado hasta su muerte, a la salida de un boliche en Trelew. Un tribunal de juicio de Chubut absolvió en marzo del 2012 a los cuatro policías involucrados en su asesinato. Ahora el Superior Tribunal de Justicia de esa provincia revocó el fallo: los imputados deberán ser juzgados otra vez, por otros jueces.

En diálogo con Infojus Noticias, César Antillanca, el padre de Julián, comentó el fallo del Superior Tribunal. “Teníamos confianza en que esto iba a suceder. Sabíamos que el argumento técnico para reenviar el proceso a los tribunales ordinarios era posible y necesario. Estamos en el sitio donde debemos estar”, aseguró.

Julián tenía 20 años. Esa madrugada había ido a bailar a Místico, un boliche en el acceso sur de Trelew. A la salida, entre las 6 y las 7 de la mañana, fue llevado por un patrullero de la policía provincial. Un perito del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció que había ADN de “linaje Antillanca” en el móvil.

“Daniel Corach es uno de los expertos más importantes del país –explicó a Infojus Noticias el ministro del Superior Tribunal Alejandro Panizzi-. Él determinó que el ADN encontrando pertenecía a un Antillanca varón. Julián no tenía hermanos ni tíos varones. Y se comprobó que ese día su padre estaba en Comodoro Rivadavia. Pero el tribunal de juicio entendió que ese estudio era un elemento dubitable y no probaba que Julián hubiera estado ese día en el patrullero”.

El fallo del juicio había absuelto a los policías Martín Solis, Jorge Abraham, Laura Córdoba y Pablo Morales por considerar que no estaba probada su participación en la muerte de Julián. También fueron absueltos el comisario Carlos Sandoval y la civil Gabriela Bidera, imputados por encubrimiento agravado por tratarse de funcionarios públicos.

El fallo del Superior Tribunal argumenta: “los tres jueces desdeñan la prueba genética afirmando que no se puede descartar que el padre de la víctima hubiera sido trasladado en ese móvil para la realización de un trámite”. El ministro Jorge Pfleger, en su voto, dice: “El joven Antillanca estuvo en el interior del móvil y allí sangró. Esa es, para mí, una conclusión”.  

El Tribunal de la ciudad de Trelew -integrado por Ana Laura Servent, Ivana María González y Alejandro Gustavo Defranco- descalificó, además, el testimonio de Diana Mosalve porque su padre había sido compañero de trabajo del papá de Julián. En su declaración, Monsalvez había dicho que vio un policía que pisaba la cabeza a un joven en la calle, y a otro con una cachiporra en las piernas del joven tirado en el piso, a quien reconoció como Julián. Pero los jueces argumentaron en el fallo absolutorio que los testigos presentados por la fiscalía eran poco creíbles, dando lugar a las impugnaciones de los abogados defensores Fabián Gabalachis y Gustavo Latorre.

Jorgelina Domínguez, la otra testigo clave del juicio, contó que esa madrugada volvía del boliche con una amiga y, escondida detrás de un árbol, vio que el patrullero dobló en contramano, se detuvo, y dos policías uniformados bajaron el cuerpo de la víctima.

El ministro Panizzi dijo que “que la prueba se tomó aisladamente y no se vinculó con los testimonios. En la sentencia del tribunal de juicio, los jueces dicen que los testigos dijeron cosas que no dijeron. Nosotros escuchamos los audios”. Para el papá de Julián, aquel fue un “recurso técnico que usaron los magistrados con la intención de fallar a voluntad: descontextualizar la prueba, separarlas para que cada indicio no tenga peso condenatorio”.

Una noche de furia

Esa misma noche, cuatro horas antes, los hermanos Sergio y Denis Aballay fueron perseguidos por la policía y golpeados junto a un grupo de jóvenes a la salida del boliche. Sergio recibió siete impactos de balas de goma, fue detenido ilegalmente y trasladado a una comisaría. Fue liberado por la puerta de atrás, sin ningún acto administrativo, después de que a sus padres, que llamaban desesperados, les negaran varias veces que estaba detenido.

Esta causa fue unificada con la de Julián Antillanca por haber ocurrido la misma noche. Y para demostrar un modus operandi de la fuerza policial. “El caso Aballay –dijo Panizzi a Infojus Noticias- fue el mismo día y por los mismos agentes. Si está comprobado y juzgado que un policía golpeó a otros jóvenes en la misma noche, tenemos elementos para suponer que es probable que haya cometido el otro crimen. Esa noche la policía estaba enardecida”.

El tribunal de juicio condenó a cuatro años de prisión de efectivo cumplimiento a Jorge Abraham y Diego Rey. A Martín Solís le impusieron una pena condicional de un año y a Analía Di Gregorio, un año y dos meses. Todos ellos están libres hasta que quede firme la sentencia.

Frente a la posibilidad de comenzar nuevamente el debate por el asesinato de Julián, Panizzi aclaró que no se trata de un nuevo juicio –ninguna persona puede ser juzgada dos veces por el mismo delito- sino de una nueva instancia del mismo juicio. Para César, el padre de Julián, “es una cuestión de comprensión de la prueba, capacidad técnica y rigor moral de los jueces. No pedimos que se falle a favor de Antillanca, pedimos que se falle a favor de la verdad”.