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Infojus Noticias

4-6-2014|20:25|Festival de cine Nacionales
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El festival es promovido por la Secretaría de Derechos Humanos

Ser travesti en las comunidades indígenas de Salta

El director de “Tacos altos en el barro”, Rolando Pardo, presenta mañana su documental en Festival internacional de cine Asterisco. "Me interesaba saber cómo se llevan con la sociedad y qué pasa con la policía, cuando van al mercado, como se visten. No creo que sea una cuestión costumbrista sino humana", dijo a Infojus Noticias.

  • Tacos Altos
Por: Matías Máximo

La vida de seis de travestis que viven en comunidades indígenas de Salta es captada en el documental Tacos altos en el barro, que se presenta esta semana en el Festival internacional de cine Asterisco, promovido por la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación.

“Guaraníes, tapiete, tupí-guaraní, chiriguano, chorote, churupí, chaní: son pueblos que han quedado olvidados en nuestros manuales de historia oficial pero que, a pesar de esa postergación, reconocen con orgullo la riqueza multicultural y multilingüe con la que han sido amamantados, guiados y formados para resistir incluso a la amnesia de los órdenes dominantes”, escribió Albertina Carri, programadora del festival junto a Diego Trerotola y Fernando Martín Peña.

El director del documental Rolando Pardo trabajó diez años en la Escuela San Antonio de los Baños, en Cuba. Allá filmó Pequeña Habana, un documental sobre la vida de doce familias de enanos que viven en la isla. Cuando volvió a Salta, el movimiento de la zona roja le disparó la idea de su último documental. De paso por la Ciudad de Buenos Aires para presentar la película en Asterisco habló con Infojus Noticias.

¿Cómo llegaste a estas historias?

Cuando vine a Salta me di cuenta de una gran persecución policial, muy dura, contra las travestis. Igualmente con las prostitutas. En la zona roja que está casi en pleno centro se ve una represión cotidiana, mi parecer es que en el interior del país hay una policía que a veces escapa del control del poder democrático. Me acerqué con la idea de hacer un documental y una de ellas me dijo que donde realmente iba a encontrar material interesante era buscando a las chicas en el norte: las que trabajan como pueden y tienen el sueño de viajar a Buenos Aires. Cuando empecé a buscar las franjas etarias, me di cuenta que esas chicas provenían de pueblos originarios y fue una sorpresa. Para buscar información fui a la oficina del estado de la provincia y me negaron que hubieran travestis en esas comunidades. Me negaron incluso que hubieran homosexualidades. Hablé con varios directivos y me lo negaban. Entonces empecé con la investigación por mi cuenta y descubrí que habían cientos de casos. En el documental aparecen seis.

¿Qué significa ser travesti en una comunidad indígena?

Las casas típicas en la zona de Tartagal son de maderas juntadas una al lado de la otra. No son de pino ni cortadas perfectas: son deshechos puestos uno al lado del otro como se pueda. Los pisos son de tierra y los mantienen muy limpios porque los mojan y los barren con maderas de paja. En este entorno viven con sus padres, madres, hermanos y el resto de la familia juntos. Las familias son muy respetuosas y saben que a la noche el trabajo es la prostitución. No significa que elijan la prostitución porque les guste, sino que cuando buscan otros trabajos no los consiguen. La sensación que estas chicas tienen a partir de la ley de Identidad de Género es que hay otras oportunidades, aunque todavía les resulta es muy difícil acceder a ese desarrollo personal que toda persona con aspiraciones busca. En el documental una dice con ironía ‘para ser travesti hay que tener mucho huevo’, y lo dice porque se tiene que bancar que el mismo tipo que la busca por la noche, de día se la cruza por la calle con su familia o sale de la iglesia y la grita ‘puto de mierda’. A pesar de todo eso se nota a las familias muy agradecidas con las ayudas de los planes del gobierno. En esas zonas se nota mucho esfuerzo para progresar.

 

¿El formato documental lo tuviste decidido de entrada?

Es un documental narrado casi como una fábula, porque no quise hacer algo del estilo ‘hablá frente a la cámara para la entrevista y contame cómo vivís’. Hay un eje que es la historia de una travesti que le habla al espejo: “¿A ver espejito esta noche a qué etnia vamos a visitar?” Ella habla al espejo y vemos la vida de cada una de estas chicas. La intención no fue meterme a hacer un documental ni antropológico ni sociológico, sino más bien que resalte el aspecto humano de sus vidas, con un eje en el día a día: que digan las cosas y que la cámara las acompañe en lo que tengan ganas de contar. Ahí aparece el relato de cómo se llevan con la sociedad y qué pasa con la policía, cuando van al mercado, cómo se visten, si se pintan, si tienen novios o andan solas. No creo que sea una cuestión costumbrista sino humana.

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