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4-7-2015|10:08|Museos Nacionales
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El museo cuenta con una sala de exposiciones permanente y otra temporaria

Museo Parlamentario: contar la historia de las leyes desde una mirada social

Se reinauguró el espacio con un nuevo enfoque: dejar de lado el fetiche de los objetos históricos para mostrar cómo las leyes son generadas también por los movimientos sociales, por todos los ciudadanos. En un recorrido didáctico por las normas, se busca desacralizar la figura del Congreso y romper con la idea de que “la política” es de unos pocos.

  • Gentileza: Prensa Cultura del Senado
Por: Agustina Gewerc

El voto femenino en 1947, el divorcio en 1987, el matrimonio entre dos personas del mismo sexo en 2010, la nacionalización de la Yacimientos Petrolíferos Fiscales en 2012. Estos son algunos de los avances en materia de derechos civiles y energéticos que aparecen, como postas, en el recorrido de la nueva muestra permanente del Museo Parlamentario, que reabrió sus puertas el jueves.

Ubicado en el anexo del Senado de la Nación, en Yrigoyen y Solís, a metros del Congreso, los visitantes se chocan con el único mueble de la muestra: un sillón que solía formar parte de la sala azul del Congreso, y que fue prendido fuego en 2001 por manifestantes en símbolo de protesta. Desde 2001 y hasta 2011 –los años en los que el Museo estuvo abierto, antes de esta reapertura– se encargaba de juntar y exhibir elementos propios de la Cámara de Senadores, donaciones de ex legisladores y otros objetos patrimoniales pero ahora hubo un cambio de enfoque: dejó de ser un receptáculo de objetos para volverse historia viva.

 “La idea que tuvo la gestión actual fue cambiar el concepto de la muestra por la idea de ‘historia social de las leyes’, es decir, mostrarle a los visitantes cómo las leyes son generadas no sólo por los senadores y diputados, sino también por movimientos sociales, por relaciones de fuerza”, cuenta Ana Mazzoni, coordinadora del Museo Parlamentario.

“Desacralizamos la figura del Congreso, buscamos leer las leyes desde afuera, y pensar las consecuencias y antecedentes de una ley desde la vida social y no desde la política institucional, porque las leyes, al fin y al cabo, son lo que la sociedad deja o quiere que sean”, opina Juan Laxagueborde, subdirector de Cultura del Senado, en la inauguración de esta nueva etapa del Museo.

Leyes nuestras, Congreso de todos

La premisa desde la que partieron es clara: armar un espacio histórico del Parlamento pero dejando de lado las leyes formales, y contar la historia desde un encare social, mostrar cómo los movimientos, los cambios de paradigma y las nuevas necesidades fueron determinando el curso legislativo de la historia. El objetivo, también, fue acercar esos textos largos y de difícil acceso para lograr una comprensión didáctica y clara de las leyes valiéndose de elementos gráficos y tecnológicos. Así es como saltan a la vista números llamativos: la Argentina estuvo entre los últimos siete países en aprobar la ley de divorcio pero, curiosamente, fue uno de los primeros diez en tener matrimonio igualitario. Las conclusiones están relacionadas a la coyuntura, al color partidario de los gobiernos de turno pero también – y sobre todo– a que hubo legisladores que supieron medir mejor la temperatura social que otros, que ejercieron su rol a imagen y semejanza de sus votantes.

El nuevo Museo cuenta con dos salas, una con exposiciones temporarias y otra, más grande, para la muestra permanente. Esta última se divide en seis ejes temáticos y dinámicos: educación, energía, trabajo, derechos humanos, civiles y electorales, que están atravesados por leyes y reformas fundamentales como la Ley de Convenciones Colectivas de Trabajo, las de privatización y estatización de YPF, y las de anulación de las leyes de Obediencia debida y Punto final, entre otras.

En la inauguración, al menos cincuenta personas recorrieron la sala del Museo, ubicado en la planta baja del anexo. “Me parece muy buena la idea, un recorrido bastante didáctico, con un diseño muy moderno y funcional. Es una forma de instruir a la ciudadanía sobre la importancia de las leyes que hacen a nuestras costumbres. Además es entretenida. Un museo no es solamente un lugar para conocer y aprender, sino también para pasarla bien”, opina Nicolás Canedo, docente de la Universidad de Buenos Aires, que fue a conocer el espacio con amigos.

En el sector que recorre los derechos electorales, la línea de tiempo trazada en sintonía con el clima social de cada época resulta evidente: la Ley Sáenz Peña de 1912 le dio a los varones mayores el voto obligatorio y secreto, mientras que la conocida como “ley evita” extendió los mismos derechos a las mujeres, recién en 1947. Y en 2012, más de cincuenta años más tarde, el termómetro volvió a medir lo que pasaba en la calle: los jóvenes de dieciséis estaban cada vez más involucrados en la vida política nacional, razón de la que se valió la ley que los habilita ahora a votar como derecho y no como obligación.

Desde hace un tiempo, Cultura del Senado busca abrir los espacios del Poder Legislativo al público para que la sociedad deje de ver a “la política” como algo ajeno, lejano e inaccesible. El ciclo Música en el Senado, por citar una actividad, lleva, una vez al mes, a una banda a tocar a la sala de los vicepresidentes, con entrada gratuita y una Constitución de bolsillo de regalo. “El Congreso no existiría sin gente afuera”, concluye Laxagueborde.

AG/AF

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