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Este mediodía declaró Roberto Locles, el perito acusado de inutilizar la bala que se extrajo del cuerpo de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero asesinado por una patota ferroviaria el 20 de octubre de 2010. Después de que declararan tres testigos, expuso qué pasó en la jornada del 22 de febrero de 2011 cuando en una junta de peritos golpeó la bala sobre la mesa de trabajo ante la mirada atónita de 9 de sus colegas. Se fijaron los alegatos de las partes  para el lunes a las 9 de la mañana.

"Yo no sabía que era el proyectil que mató a Mariano Ferreyra. La bala estaba arriba de la mesa y nadie me avisó", dijo el mediático perito ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 16. El hombre, que dice tener 54 años de carrera, aseguró que llegó tarde a la junta de peritos y que se sentía mal por sus problemas de hipertensión. También dijo que se sintió mal porque cuando llegó a la División Balística lo acusaron de falsificar la orden que le permitía participar. "Hay una corriente de peritos que a los viejos no nos quieren. Hacían chanzas porque yo tenía un muñeco", expresó.

Con su habitual tono desafiante, Locles responsabilizó al inspector de la Policía Federal que conducía la junta. "Yo no deformé el proyectil. Leguiza es el responsable de la seguridad y esperó tres veces que yo golpeara" dijo.

El perito, que ayer estuvo opinando en Crónica TV sobre el crimen de Angeles, también planteó: "Consiguieron lo que querían y  fui separado de la causa principal. No querían que llegara al juicio oral".

Además de Locles, prestaron testimonio ante los jueces Gustavo Ferrari, María Cristina Bértola, Inés Cantisani y el gendarme Bruno Díaz, cuatro personas que fueron peritos en la causa por el crimen de Ferreyra.

Eduardo Frigerio, perito oficial con 45 años de trayectoria, dijo que en el manipuleo del material de prueba los peritos de parte tratan de no intervenir. "En lo personal no toco los proyectiles en las pericias balísticas. Pido que el perito oficial se coloque en el microscopio", expresó el hombre que intervino en la causa Ferreyra. "Los peritos de parte son responsables de la preservación de los elementos de juicio", agregó.

También hablaron ante el TOC 16 Ángel Martín, perito que reemplazó a Locles para la defensa de Guillermo Uño y Cristina Vazquéz licenciada en criminalística, perito aportada por la defensa de Claudio Arcolcel, delegado gremial condenado a 8 años por el crimen de Ferreyra.

Más tarde se conocerán los alegatos de las partes. Locles tendrá la posibilidad de pronunciar sus últimas palabras antes de la sentencia del Tribunal.

Lo que no dijo el lunes 

El lunes declararon seis testigos. Todos coincidieron en que Locles golpeó la bala teniendo en claro que era el "cuerpo del delito". El testimonio que más comprometió al perito fue el del inspector de la Policía Federal Juan Leguiza de la división Balística y a cargo de conducir la reunión de peritos solicitada por la jueza Wilma Lopez, que investigaba el crimen de Ferreyra. "Cuando ví cómo lo golpeaba no podía creerlo. Fue un momento bastante traumático", declaró el policía.
Leguiza fue quien le sacó la bala a Locles de las manos aquella tarde en la División Balística de la Policía Federal Argentina. "Cuando la soltó, ví que tenía un brillo que antes no tenía, dejamos constancia y él se retiró sin firmar. Lo llamaron por teléfono, salió afuera y cuando volvió dijo que se tenía que ir y pasaría a firmar al día siguiente", dijo el Subinspector.

Luis Grisoglia es el abogado defensor de Locles. La querella que representa a la familia Ferreyra está encabezada por Maximiliano Medina y Federico Efrón del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). El fiscal Fernando Fiszer, interinamente a cargo de la Fiscalía General ante los TOC N° 16, representa al Ministerio Público Fiscal en este juicio. Todos presentarán hoy sus alegatos.

Locles, acostumbrado a las pantallas de televisión, llega a juicio oral por la infracción al artículo 255 del Código Penal. Este delito prevé penas de prisión que van de uno a cuatro años para quien sustrajere, alterare, ocultare, destruyere o inutilizare objetos destinados a servir de prueba.

El hombre había sido convocado como perito de parte balístico por la defensa del ferroviario-ahora absuelto- Guillermo Uño, picaboletos de la Línea Roca.
Los golpes de Locles habían producido en la bala: “leves aplastamientos en la parte de su ojiva y el cuerpo, más específicamente, donde se hallaban las deformaciones lineales y paralelas que presentaba el proyectil”.
De acuerdo al expediente de su procesamiento, Locles golpeaba el proyectil mientras gritaba: "¿Ven que esto no se deforma?”. Según él su objetivo era demostrar que la bala había rebotado contra el piso antes de impactar en la víctima.

En 2012 la Cámara del Crimen lo procesó  por inutilizar el proyectil. “Nunca tuve intención de hacerlo. Estaba muy nervioso. Con un ataque de presión, pero aclaro que por más que lo hubiese golpeado con toda la fuerza, el proyectil por su dureza no lo hubiese deformado”, argumentó en su descargo Locles ante el Tribunal que lo procesó.