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Infojus Noticias

16-7-2015|7:05|Lesa Humanidad Nacionales
Desde las 10 en los tribunales federales de San Martín

Mansión Seré: las últimas palabras y el veredicto para ocho represores

Hoy tres ex miembros de la Fuerza Aérea y cinco ex policías bonaerenses escucharán la sentencia por crímenes de lesa cometidos contra 95 personas. “En la imputación final que formulamos en la causa figura el tema de los delitos sexuales”, dijo el fiscal del juicio, Martín Niklison. La causa giró en torno a la llamada Subzona 16, que dependió de manera íntegra de la aeronáutica. Se pidieron penas que van de la perpetua a los 19 años.

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Por: Infojus Noticias

“Después de más de un año, hemos acumulado pruebas de sobra para demostrar que los hechos que se investigaron están probados, tanto que las defensas prácticamente no las cuestionaron”, dijo a Infojus Noticias el fiscal Martín Niklison, en la antesala de la sentencia del juicio que lleva 16 meses de duración y se define hoy. El juicio empezó en marzo de 2014 y se conoció como Mansión Seré II, por la vieja casona de Morón que fue el centro clandestino por excelencia de la Fuerza Aérea entre diciembre de 1976 y marzo de 1978. La investigación alcanzó los crímenes de lesa cometidos contra 95 personas en la denominada Subzona 16, que dependió de manera íntegra de la aeronáutica y que comprendía los partidos de Morón (de acuerdo a la antigua conformación), Merlo y Moreno. En ese territorio estaban las brigadas aéreas de El Palomar, Morón y las comisarías 1ª de Morón, 2ª de Haedo y 3ª de Castelar.

“La represión ilegal no sólo se llevó a cabo en Mansión Seré, que fue lo único que se ventiló durante el juicio a las Juntas de 1985. Hubo detenidos desaparecidos en comisarías de las tres localidades y en las unidades militares de la Fuerza Aérea”, remarcó Niklison.

Hoy desde las 10, en los tribunales federales de San Martín, los ex brigadieres de la Fuerza Aérea Hipólito Mariani (jefe de la Subzona 16 entre 1976 y 1977), César Miguel Comes y Miguel Ángel Ossés, y los ex policías bonaerenses Néstor Rubén Oubiña, Felipe Ramón Sosa, Héctor Oscar Seisdedos, Daniel Alfredo Scali y Marcelo Eduardo Barberis tendrán la posibilidad, con sus últimas palabras, de proclamar su inocencia. Después, habrá un cuarto intermedio y a las 13 el tribunal Oral Federal N°5 que integran Marcelo Gonzalo Díaz Cabral, Alfredo Justo Ruiz Paz, María Claudia Morgese Martín y Elbio Osores Soler, dará a conocer el veredicto.

Están acusados por privación ilegal de la libertad agravada, tormentos, homicidios y también por delitos sexuales, de acuerdo al pedido efectuado por Niklison y aceptado por el jurado. “En la imputación final que formulamos en la causa figura el tema de los delitos sexuales. Es algo que surgió durante el debate y lo pudimos incluir en la acusación”, señaló Niklison en diálogo con Télam.

Durante el juicio se amplió la acusación por delitos sexuales cometidos a ocho mujeres, tres hombres y un niño de 14 años contra Mariani, Comes y Ossés como autores mediatos, en tanto, el ex policía Seisdedos fue acusado en grado de partícipe necesario por un hecho ocurrido en la comisaría de Castelar. "La ampliación por delitos sexuales como una parte del acontecer delictivo de los genocidas es un aporte relevante a la verdad y a la justicia", señaló el abogado querellante Pedro Dinani.

El Ministerio Público Fiscal y las querellas del Partido Comunista y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación habían pedido en la etapa de alegatos las mismas penas: prisión perpetua para Ossés; 25 años de prisión para Scali, Barberis, Seisdedos, Oubiña, Mariani y Comes, y 19 años para el ex policía Sosa.

“La responsabilidad de los suboficiales como de los brigadieres quedó acreditada. Podrá haber diferencias en la pena de los policías, tal vez, pero estoy seguro que será una sentencia condenatoria”, agregó Niklison, que está a cargo de la Unidad de Asistencia de causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado. “Probamos que la Fuerza Aérea instrumentó una metodología represiva similar a la que emplearon el Ejército y la Armada. Este juicio permite terminar con el mito de que esta arma no estuvo implicada en el terrorismo de Estado”, sostuvo.

“Surgieron además hechos nuevos que pasarán ahora a la megacausa que está en manos del juez (Daniel) Rafecas que permitirán ampliar las investigaciones en otras causas de lesa humanidad”, afirmó el funcionario judicial. Se refirió al pedido de coimas que los represores les hicieron a los familiares de las víctimas y las afecciones psicológicas que alegaron padecer los represores que participaron en los delitos que son juzgados son otros de los temas que salieron a la luz durante el debate que estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Número 5 de San Martín.

El relato de los colimbas

Durante 16 meses de juicio se oyeron los testimonios de víctimas, familiares y colimbas, con los que se reconstruyó el rol de la Fuerza Aérea en la represión ilegal de la provincia de Buenos Aires. En junio de 1976 hubo una orden del Primer Cuerpo de Ejército, que lideraba Carlos Suárez Mason, delegando en el brigadier mayor Osses y sus subordinados la llamada “lucha contra la subversión” en los partidos de Merlo, Moreno y Morón. “No hay diferencias en el método –secuestro, tortura, violaciones, homicidios y desaparición de cuerpos- pero tampoco las hay en el sadismo con que actuaron, en las monstruosas conductas que adoptaron en nombre de dios, la civilización, la moral y la patria”, había explicado Niklison durante su alegato.

Durante las audiencias, surgió un elemento de prueba inesperado: el relato de los colimbas que pasaron por esos lugares. “Son relatos parciales, porque en su mayoría no fueron obligados a realizar tareas ilegales, pero aportaron datos importantes y corroboraron la veracidad del relato de las víctimas”, detalló Niklison.

Fueron los colimbas, por ejemplo, quienes contaron que dentro de la primera brigada aérea de Palomar, atrás de la pista, al fondo, había una construcción precaria que llamaban “la casita de la tortura”. Que habían encontrado instrumentos elásticos y rastros de sangre. Otros contaron haber visto gente encapuchada, o en un calabozo a alguien a quién los aeronáuticos llamaban “el subversivo”, y que a uno de ellos le dijo “yo ya estoy muerto”. O que llevaban el botín robado en los operativos.

Si bien hay otros aeronáuticos condenados en juicios en el resto del país -el vicecomodoro Luis Fernando Estrella fue sentenciado por el homicidio del obispo Enrique Angelelli y otros dos sacerdotes-, mañana será la primera vez que sobre el rol institucional de la Fuerza Aérea caiga una sentencia.

LB/Télam/RA

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