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Infojus Noticias

17-5-2014|9:30|Derecho animal Nacionales
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¿Deporte tradicional o maltrato animal?

Los bajaron del caballo: prohibieron las jineteadas por 90 días

Hasta fines de julio no podrán practicarse en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú. Hubo una denuncia de una asociación protectora de animales y el municipio ordenó suspender por tres meses la doma. Y ordenó crear una comisión para evaluar si los caballos sufren o no.

  • Télam.
Por: Matías Máximo

Suele haber dos posiciones sobre la jineteada: por un lado, los que dicen que es un deporte tradicional y, por otro, los que argumentan que un deporte no puede incluir el maltrato de los caballos. En Gualeguaychú el tema está ahora en debate. Como respuesta a un reclamo de una asociación protectora de animales, la municipalidad de la tercera ciudad más grande de Entre Ríos decidió la semana pasada suspender por 90 días la doma y crear una comisión de especialistas para evaluar si los caballos sufren o no.

“Presentamos una nota al municipio donde decíamos los motivos por los cuales pensábamos que el espectáculo es un maltrato animal. En el Ejecutivo de Gualeguaychú nos apoyaron y suspendieron varias domas, pero la última, a pesar de la suspensión, la hicieron igual. Desde entonces como medida de evaluación se dispuso la prohibición por 90 días”, dijo a Infojus Noticias Viviana Carbó, presidenta de la Asociación Protectora de Animales Patitas, entidad que presentó la denuncia. 

Con el decreto N° 833/2014 se creó una comisión especial de asesoramiento técnico para elaborar un dictamen sobre las jineteadas, que en Gualeguaychú tienen una ley que las regula. El decreto establece la designación del responsable del Área de Veterinaria Municipal como presidente del cuerpo técnico y pone a su disposición el asesoramiento de cualquier dependencia municipal que precise.

“Algunos concejales quieren ir por la regulación, pero la verdad es que no lo compartimos porque de esa forma estás otorgando que es legal. Creemos que no lo es porque viola la ley de protección  animal. Y también que es un negocio muy importante no solo porque los caballos salen caros, sino porque hay apuestas y mucha plata de por medio”, dijo Carbó.

La ley nacional 14.346 de protección animal, sancionada en 1954, dice que “será reprimido con prisión de 15 días a un año el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales”. Y en uno de sus artículos establece como delito “azuzarlos para el trabajo mediante instrumentos que, no siendo de simple estímulo, les provoquen innecesarios castigos o sensaciones dolorosas”.

“Se me acercaron dos personas que habían participado de la doma para decirme su arrepentimiento. Y que estaban dispuestos a contar las cosas que les hacían a los caballos para salgan como salen a la pista: les pegan con cadenas y les pinchan las patas, entre otros castigos”, contó Carbó.

Según la asociación Folklore y Tradiciones de Gualeguaychú, dentro del reglamento de jineteada y doma (se diferencian por la cantidad de segundos montando al caballo en la pista) se establece la descalificación “en el acto del jinete que castigue al potro en la cabeza o de cualquier otro modo maltratase al animal”.

70 días de caricias

Martín Hardoy es un argentino reconocido mundialmente por su técnica de doma sin violencia que se basa, entre otras cosas, en acariciar al caballo por 70 días. Cuando tenía 20 años recibió un golpe en la espalda jugando rugby y tuvo que operarse de tres vértebras. Desde entonces se perfeccionó para relacionarse con los caballos de una forma alternativa a la que se practica en los encuentros tradicionalistas folklóricos.

“Los golpes de rebenque vuelven el potro asustadizo mientras que las caricias permiten convencerle por el cariño. Sin embargo, si la manera fuerte se explica históricamente, hoy, es una cuestión de machismo. La doma tradicional consiste en atar el potro a un palenque y en pegarle. Asustado, se golpea la cabeza antes de ceder. Luego, se le tapan los ojos, se le ensilla y se le monta”, explica Hardoy en su página de internet.

El “Festival de doma y folklore” de Jesús María, en Córdoba, existe desde 1965 y fomenta la tradición de domar con jineteadas. En enero el juez de control de la localidad cordobesa donde se hace el espectáculo, Oscar Patat, rechazó el recurso de amparo presentado por la Fundación Sin Estribos, para prohibir las jineteadas en el encuentro.

Días después que la yegua “La Polca” fue la primera muerte en el campo de la doma del festival, el juez resolvió que no hay conductas específicas de maltrato o abuso de los animales en el espectáculo. También casi todos los años la doma deja personas heridas o que incluso mueren por sostener la tradición.

“Además de existir la equinoterapia para amansar a los caballos, ¿cuál es el problema de que vivan y mueran en el campo sin ser explotados? No todos los caballos deben tener un fin de explotación, aunque a veces parece que el rol de los animales es ese”, dijo Carbó.

Tracción a sangre

Otra situación que viven los caballos es la llamada tracción a sangre (TAS), que organizaciones como Basta de TAS combaten con un programa que se está instalando en ciudades de todo Latinoamérica y que otorga motocarros a cambio de caballos.

“Los animales son seres vivos con capacidad de sufrir, sentir dolor, diferenciar un golpe de una caricia. Tienen capacidades cognitivas diferentes a las de los humanos pero no por ello menos valiosas”, dice Basta de TAS en su web y  denuncian que “se calcula que hoy hay cerca de 70.000 caballos víctimas de malos tratos en el país, a la vista de todos, lo que ha derivado en un fuerte rechazo social hacia estas prácticas y, consecuentemente, hacia quienes conducen estos carros”.

Según explicó Carbó, “los motocarros se dan por seis meses en comodato, y entonces se revisa si la persona sigue con la práctica y si es así la moto pasa a mano del que la usa, mientras que los caballos rescatados se envían a reservas para que puedan vivir tranquilos”. El plan no pretende dejar sin sustento a los recicladores, por eso se les ofrece la alternativa del vehículo a motor.

Ayuda a los caballos maltratados es una de las organizaciones que se ocupan de los caballos una vez que son rescatados de las vejaciones de la TAS. La organización está en la provincia de Buenos Aires y fomenta la denuncia de los carros que aún circulan tirados por caballos y el vínculo con ellos en los campos donde los curan.

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