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Infojus Noticias

23-10-2013|19:35|Desarme Nacionales
La iniciativa sacó de circulación 150 mil armas de fuego y destruyó 250 mil

La Argentina ganó un premio de la ONU por el Plan de Desarme

El Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego del RENAR ganó el galardón de plata de los premios Future Policy Award, entregado por la ONU. “Es una política sostenible que demuestra que el cambio positivo es posible cuando hay voluntad política”, informó desde Nueva York el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak.

  • Ministerio de Justicia y DD.HH. / Leo Vaca
Por: Infojus Noticias

En el marco de la celebración de la Semana del Desarme, la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas (UNODA), el Consejo Mundial del Futuro y la Unión Interparlamentaria (UIP) distinguieron hoy al Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego argentino con el premio Future Policy Award 2013, que lo reconoce como “una política sostenible que demuestra que el cambio positivo es posible cuando hay voluntad política”, informó desde Nueva York el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak. La iniciativa argentina ganó el galardón de plata, que compartió con la Ley de Nueva Zelandia sobre la zona libre de armas nucleares, desarme y control de armamentos.

En la ceremonia, Alak estuvo acompañado por el subsecretario de Coordinación y Control de Gestión Registral de la Nación, Ernesto Kreplak, y el titular del Registro Nacional de Armas (RENAR), Matías Molle, de quienes destacó “el fuerte compromiso y la alta eficacia en la gestión y el fortalecimiento” de este programa.

También estuvieron presentes Pía Devoto en representación de las organizaciones de la sociedad civil que acompañan el Plan y “trabajan cotidianamente por una sociedad más pacífica”, y la embajadora argentina ante la ONU, Marita Perceval, quien, “siendo presidenta de la comisión de Defensa del Senado, fue una de las autoras de la ley 26.616, de desarme voluntario”, recordó el ministro.

El funcionario subrayó que, a través de políticas que “apuestan por la vida, la cultura de la paz y la no violencia”, en los últimos diez años la Argentina “ha logrado reducir un 50 por ciento las muertes por armas de fuego, un 48 por ciento las solicitudes de tenencia de armas y un 92 por ciento las autorizaciones de portación”. “El fortalecimiento del Estado de derecho y una democracia inclusiva en términos sociales, políticos, económicos, culturales y civiles son fundamentales para que una política de desarme tenga éxito en la sociedad”, resaltó el ministro.

Alak destacó especialmente “la valiente decisión de impulsar un plan de desarme civil tomada en 2006 por el entonces presidente Néstor Kirchner, convencido de que la persona que tiene un arma en su casa, lejos de tener una solución, tiene un problema”. Y precisó que la Argentina ya destruyó, en el marco de este programa, 250.000 armas de fuego, lo que “convierte al país en líder mundial en desarme civil”.

“El día que necesite un arma para defender mi verdad, estaré equivocado”, recordó el funcionario que dijo Néstor Kirchner cuando presentó el plan; y en ese sentido explicó que “desde ese entonces, el Gobierno argentino impulsa esta iniciativa de modo ininterrumpido, con la activa participación de las provincias y los otros poderes del Estado y con el invalorable acompañamiento de organizaciones no gubernamentales que también buscan desalentar la tenencia de armas en la población civil”.

Alak consideró, además, que “el reconocimiento es de alto impacto porque entre sus motivaciones destaca la voluntad de premiar políticas visionarias que sirvan para crear conciencia, fomentar el aprendizaje rápido y acelerar la acción política en pos de sociedades justas, sostenibles y pacíficas”.

El premio Future Policy Award, que se entrega por primera vez, fue concebido para resaltar ejemplos sobresalientes de visión normativa, y alertar a la dirigencia política y la opinión pública sobre la importancia de una buena legislación. Este año, los temas bajo análisis y con los que compitió la política de desarme civil de nuestro país incluyeron, entre otras 25 cuestiones, las amenazas del uso de las armas químicas y nucleares y la adopción del histórico Tratado sobre el Comercio de Armas por los Estados miembros de la ONU.

El otorgamiento del premio es responsabilidad de la Oficina de Asuntos de Desarme de la ONU, que presta apoyo sustantivo y de organización a la labor de formulación de normas sobre desarme; el World Future Council (Consejo Mundial del Futuro), integrado por 50 miembros de todo el mundo para promover cambios exitosos; y la Unión Interparlamentaria (UIP), que trabaja en su calidad de organización global con los parlamentos nacionales en pos de la democracia, la paz y la cooperación.

Desde Nueva York, Alak reiteró que “la población debe desprenderse de las armas de fuego para evitar que los conflictos interpersonales tengan desenlaces fatales”. “Si no hay armas en las casas, es muchísimo menos probable que los conflictos terminen en estas muertes absurdas”, destacó Alak. En ese sentido, recordó que, “en la Argentina, el 65% de los homicidios dolosos no ocurre durante la comisión de otro delito, como un asalto, sino como consecuencia de controversias entre personas conocidas entre sí, como familiares, amigos o vecinos”.

Ciento veinte iniciativas de todo el mundo se presentaron al certamen y veinticinco quedaron prefinalistas. Finalmente hubo siete finalistas. El galardón de oro, el primer premio, fue para el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe de 1967 (Tratado de Tlatelolco). Otras cuatro políticas de desarme de Bélgica, Costa Rica, Mongolia y Mozambique recibieron menciones honoríficas.

El plan de desarme sacó de circulación 150 mil armas de fuego y destruyó unas 250 mil. La experiencia argentina es reconocida internacionalmente por emplear un método no contaminante y por eliminar el 100 por ciento del material. El Plan Nacional para la Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, impulsado por el expresidente Néstor Kirchner, funciona desde 2007 bajo la órbita del Registro Nacional de Armas (RENAR).

Las personas entregan sus armas de manera voluntaria y anónima en alguna de las bocas de recepción de todo el país. A cambio, reciben un incentivo económico de entre 200 y 600 pesos, según el tipo y calibre. El Programa ya sacó de circulación 149.147 armas de fuego y 1.175.896 municiones.

Además, las muertes por arma de fuego bajaron a la mitad. Según los datos del RENAR, el 80 por ciento de las armas que se fabrican en el país se exportan. Hasta mediados de los años 90 Argentina era un país productor de armas. Actualmente sólo existen en el país dos fábricas que se dedican a este rubro.

Las armas son inutilizadas en el momento con una prensa hidráulica y luego destruidas en actos públicos. Con el último operativo de destrucción de armas, realizado a principios de este mes, ya suman 249.622 las armas destruidas por el Estado nacional, mientras que entre 1992 y 2002 se destruyeron sólo 40 mil. Según los registros de la ONU, Argentina es el país que más armas destruyó en el mundo en los últimos años.

Según estudios elaborados por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en nuestro país más del 60 por ciento de las muertes por arma de fuego se producen en situaciones de conflictos interpersonales. A partir de la implementación del Programa, la tenencia de armas se redujo en un 45 por ciento y la portación, en un 92 por ciento. 

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