Juicio en Ushuaia: ¿Cuánto cuesta dañar un bosque protegido?
En 2005, una empresa taló 200 árboles en un bosque de Ushuaia. Casi la mitad de ellos estaban dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego. Los acusados, empleados de una empresa de turismo, propusieron hacer una probation. Parques Nacionales se opone: quiere que se los juzgue y se reconozca un daño que, dicen, es a perpetuidad. La batalla judicial ya lleva una década. Esta semana, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Ushuaia deberá decidir si hace el lugar al pedido de los imputados o da inicio al debate oral.
Miguel Saenz
En el Parque Nacional Tierra del Fuego, Ushuaia, el bosque patagónico se alza en la montaña y deja entrar el sol en pocos lugares. Al este hay una franja de monte que ya no tiene árboles: faltan unas doscientas lengas y guindos. La tala ilegal se hizo en 2005 para abrirle el camino a un emprendimiento turístico. El bosque todavía no pudo digerir el golpe. La justicia tampoco: después de una década, esta semana el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Ushuaia decidirá si juzga a tres empleados de Patagonia Spirit S.A. por usurpación y daño agravado o sí, como como piden los imputados, suspende el juicio y les otorga una probation.
Los tres acusados son Orlando Rubén Mansilla Ruíz, Ricardo Aníbal Bianciotto y Horacio Jesús Burgos. Todos trabajaban en la empresa que tenía la intensión de montar cabañas turísticas sobre el Canal del Beagle. Para ese emprendimiento –algunos dicen que para abastecerlo, otros para excursiones– necesitaban abrir una senda en pleno bosque que uniera la Ruta 3 con la bahía San José, en la costa del Canal. Burgos fue el agrimensor; Mansilla Ruíz, el maestro mayor de obra y Bianciotto el responsable de la obra.
El 6 se junio de 2005, a eso de las 10:30, los guardaparques Bárbara Vareka y Velino Macaya subieron la cuesta de uno de los cerros que faldea al Monte Susana, en una recorrida de rutina hacia el límite Este del Parque. La nieve se extendía como una alfombra. Las lengas sin hojas, los guindos con su follaje siempre verde. Unos metros antes de llegar al límite entre el área protegida del Parque Nacional y un monte de propiedad privada, encontraron los mojones del parque arrancados y árboles apilados. La denuncia de la Administración de Parques Nacionales inició la investigación por la que se pudo comprobar que se habían desmontado más de 200 árboles, 86 de ellos dentro del predio que desde 1960 está protegido y es de dominio público.
El primer revés judicial que recibió Parques Nacionales fue el sobreseimiento de Juan José Drago, propietario de Patagonia Spirit SA. El siguiente fue cuando los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Ana María D’alessio y Luis Alberto Giménez, aceptaron –a pesar de la oposición del Ministerio Público Fiscal y de la querella– el pedido de las defensas para que se suspendiera el juicio a prueba para los tres imputados y que todo quedara saldado con horas de trabajo voluntario y una suma de dinero. La decisión fue apelada ante la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, que confirmó las probation el 26 de abril de 2013. Entonces, la acusación buscó revertir el fallo en Casación. Así, el mayo de 2014, la Sala IV ordenó al tribunal de primera instancia dejar de lado la probation y avanzar con el juicio oral.
El debate oral estaba programado para la semana pasada. A último momento las defensas insistieron con la suspensión del juicio, esta vez con el apoyo del nuevo fiscal de la causa, Adrián García Lois. Lo que debía ser la primera audiencia de juicio oral y público se convirtió en una instancia de discusión de las probation.
Parques Nacionales, representado por el abogado Juan Manuel Ubería, se opuso una vez más objetando que existen errores procesales. “El tema de la probation ya había sido resuelto”, explicó Ubería a Infojus Noticias. Natalia Cardozo, también abogada de Parques Nacionales, reforzó la idea: “Lo que cuestionamos es la doble instancia de la probation. Hay un fallo superior para que se haga el juicio y los jueces de primera instancia, en su fallo posterior a Casación, dicen que hay que avanzar en ese sentido”.
Este semana el Tribunal resolverá si concede o no las pobation. De hacerlo, Parques Nacionales adelantó que irá una vez más a la Cámara y luego, si es necesario, a Casación. “Queremos que se haga el juicio. Si no, el Tribunal incumple con el fallo de la Sala IV que ordena avanzar en ese sentido”, explicó Ubería.
Ya nunca será lo mismo
El Parque Nacional Tierra del Fuego nació en 1960. Seis años después, fue mensurado y se emplazaron los mojones de madera con las iniciales PN. Así se delimitaron las 63 mil hectáreas de superficie protegida. La flora del lugar marca una particularidad: es el único bosque patagónico –lengas, guindos, ñires y canelos– que convive con el paisaje marítimo.
Para llegar a la zona del desmonte hay que caminar una hora a buen ritmo. El frío del fin del mundo se siente más en el bosque. El sol llega a la tierra cuando puede colarse entre el follaje rojizo de las lengas y el verde perpetuo de los guindos. En el camino, el sonido de un grupo de pájaros alborotados rompe el silencio. Un lechuzón duerme en la rama de una lenga centenaria.
La guardaparque Malvina Tardón hace poco más de tres años que tiene como destino ese Parque. Conocedora del bosque de la Patagonia Norte, describe y compara todo el tiempo su nuevo terreno. Identifica los pájaros a distancia, los diferentes tipos de hongos y musgos. Apenas llegó, un viejo colega la acompañó en el reconocimiento. En el límite Este pudo ver lo que le habían contado en más de una oportunidad. El desmonte le dolió en el cuerpo. “Algunas de esas especies tenían 80 años, por más que pase el tiempo, el bosque nunca va a ser el mismo”, contó mientras marcaba el camino que llevó a un equipo de Infojus Noticias hasta el área dañada por la tala.
El debate judicial
Mientras que la Fiscalía propone que los imputados paguen 120 mil pesos (20 mil Burgos, y 100 mil, mitad Manciotto y mitad Mancilla Ruiz) a Parques Nacionales “en concepto de reparación del daño imputado” y que cumplan 200 horas por año, durante dos años, en labores vinculadas a la protección del ambiente, sumado a cursos sobre daño y cuidado del medio ambiente; desde Parques Nacionales quieren que vayan a juicio y que en ese acto se reconozca el daño a perpetuidad que generaron.
Malvina contó que en estos diez años, después del desmonte, el viento pudo penetrar en el monte como nunca antes. Y eso generó más destrozos: caída de árboles en efecto dominó, el suelo erosionado por la ausencia de follaje, los pájaros que perdieron sus espacios naturales. Todo cambió. “Por más que se vea que el bosque se fue regenerando de forma natural, los árboles que fueron cortados están muertos y el daño en el bosque y en el suelo no se puede cuantificar”, explicó.
En los fundamentos del fiscal Lois para conceder las probation, se toma como argumento los resultados de una inspección ocular realizada semanas atrás. “Se ha corroborado que la situación se está recomponiendo naturalmente, lo cual no es un dato menor a tener en cuenta”, dice el escrito y cita a uno de los peritos de la Dirección de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, para quien “el daño producido a los renovales es leve en todos sus casos, no generando retrasos significativos en la recuperación… en todos los casos el impacto inicial de la apertura del bosque, realizado en 2005, no ha favorecido caídas posteriores de árboles por ingresos de vientos”. También considera que el “disturbio” provocado por caballos “es leve”.
Malvina no opina lo mismo. Conocedora del terreno,señala las cicatrices que los nuevos ejemplares de lengas muestran en sus gajos producto del paso de animales que no podrían ingresar a esa zona si no fuera por el desmonte. “Nuestra razón de ser es conservar la biodiversidad”, dijo Adriana Villarini, jefa de Gabinete de Parques Nacionales. Se conserva lo que existe, no lo que está por crecer. Y por eso para Parques Nacionales la muerte de los más de 80 ejemplares no es una cuestión de dinero. “El daño se causó, el delito se cometió”, explicó Ubería y agregó: “los imputados no reconocen haber hecho la tala dentro del parque” y eso, para ellos, es el punto clave para no aceptar las probation. “El juicio oral permitirá demostrar que violaron por lo menos en tres lugares los límites del parque y que desmontaron ejemplares en territorio protegido”, concluyó Ubería.
Por la faja de árboles arrasados puede verse el Canal de Beagle a lo lejos. El manchón azulado del mar asoma en el horizonte. El camino sin árboles es claro. Una cicatriz en la montaña que quedará grabada en la tierra por varias generaciones.
JC/SH
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