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Infojus Noticias

20-7-2015|15:31|Perfil Nacionales
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Buscaba mantener un negocio millonario

Gutiérrez Guido Spano, el intermediario del soborno

Hijo de un coronel de caballería del ejército, el empresario fue el encargado de hacer los primeros contactos para ofrecer una coima a cambio de modificar el proyecto de ley de tickets canasta. Fue el puente para llegar a Mariano Recalde y que otro hombre de negocios, Santiago Lynch, completara el ofrecimiento. La semana pasada fue condenado a tres años de prisión en suspenso. Su amigo, Lynch, sigue prófugo.

  • La cámara oculta lo mostró ofreciendo dinero para frenar la ley.
Por: Cecilia Devana

El mítico Hotel Provincial de Mar del Plata, símbolo de la ciudad desde su fundación en 1950, trocó en escándalo en 1998. En diciembre de ese año, la concesión que administraba el hotel fue desalojada por orden judicial tras largas y tensas negociaciones. El conflicto había comenzado dos años antes, cuando la Empresa Hotelera Americana S.A dejó de pagar el canon anual obligatorio. Argumentaban que el gobierno provincial había quebrantado antes el pliego de bases y condiciones y que por eso no existía obligación de cumplir con ellos. Quien sostenía eso era el titular de la concesión: Miguel Gutiérrez Guido Spano, que llegó a encerrarse en el hotel con turistas incluidos. La semana pasada, fue condenado por el intento de soborno a Mariano Recalde, cuando era asesor de su padre, el diputado Héctor Recalde, para frenar en el Congreso una ley vinculada a los tickets canasta.

Hijo de un coronel de caballería del ejército y de movimientos altaneros, Gutiérrez Guido Spano siempre se caracterizó por hacer alarde de su descendencia del general Tomás Guido y del poeta Carlos Guido Spano.  Vive en la zona de Recoleta y tiene en su círculo de amistades a varios ex militares.

Durante sus años en Mar del Plata, Gutiérrez Guido Spano sumó a su círculo a Luis Russo, por entonces director de la Lotería Nacional. Poco después, obtuvo la concesión del Hipódromo de Palermo y sus competidores denunciaron que su propuesta no prometía muchas inversiones. Finalmente, la licitación fue anulada por decreto del entonces presidente Carlos Menem.

Del Newman a los hoteles

Desde fines de junio pasado, cuando comenzó el debate oral y público frente a Tribunal Federal N° 2, Gutiérrez Guido Spano estuvo sentado solo en el banquillo de los acusados por el intento de soborno. El otro acusado, Santiago Lynch, se profugó cuando se conoció la fecha del inicio del juicio. Lynch tiene pedido de captura de Interpol y en los tribunales federales de Comodoro Py apuestan a que volverá al país después de noviembre, cuando la causa –iniciada en 2007- haya prescripto.

A Lynch y Gutiérrez Guido Spano siempre les gustó tanto ser como parecer. Se conocieron mientras estudiaban en el tradicional colegio Cardenal Newman y sus destinos siguieron vinculados a lo largo de los años. Quizá una de las mejores muestras del vínculo que los unía en lo comercial sea la cámara oculta que logró filmar Mariano Recalde tras el primer ofrecimiento de soborno por parte de Gutiérrez Guido Spano, que actuó como intermediario en el hecho.

Su recorrido en hotelería lo había llevado a ocupar un sillón en el directorio de la Cámara de Empresas de Servicios de Vales Alimenticios y Similares (CEVAS) junto a Lynch, miembro de ese directorio al momento del soborno y de la firma internacional Accor, interesada en el tema de los tickets. Y también por su rol en la Empresa Hotelera Americana, Gutiérrez Guido Spano había conocido a Mariano Recalde, en medio de un conflicto legal en el que el actual titular de Aerolíneas Argentinas defendía un trabajador de la firma del empresario.

El intermediario

En 2007, tiempo después de aquel litigio, y mientras Mariano se desempeñaba como asesor de su padre, en el Congreso de la Nación, Gutiérrez Guido Spano se volvió a contactar con él. Sabía que Héctor Recalde trabajaba para hacer remunerativos los tickets canasta, que generaban un negocio millonario que beneficiaba a los privados en detrimento del Estado y los trabajadores.

Durante su testimonio en el juicio, el titular de Aerolíneas Argentinas contó cómo se llevaba a cabo el trabajo en el Congreso, las reuniones de comisión, los debates y cómo habitualmente se invitaba a las comisiones a los sectores interesados. Una de las empresas interesadas en el conflicto de los tickets canasta era Accor. Y una de sus caras visibles, Lynch. En ese contexto, Gutiérrez Guido actuó como intermediario y pidió la reunión “de emergencia” con Recalde.

En el primer encuentro le hizo un ofrecimiento para que su padre apoyara un cambio en la legislación vinculada a los denominados tickets. Mariano explicó la situación a su padre y juntos fueron al estudio Wortman Jofre, que los asesoró para grabar con cámara oculta el intento de soborno. Algo que se hizo en tres ocasiones. En todas aparecía Gutiérrez Guido Spano y en la última, también Lynch. En cada una de las filmaciones, que se reprodujeron durante el juicio, con su tono aristocrático, Gutiérrez Guido Spano dejó en claro la voluntad del sector privado.

Le dijo a Recalde que había “tres propuestas con un nombre diferente: bicicleta, pick up o Mercedes Benz". Según detalló Recalde en el juicio, la “bicicleta” implicaba un pago de 10 mil dólares por cada mes que el proyecto estuviera cajoneado. La segunda propuesta, "Pick up", contemplaba "dejar todo como estaba con una reforma que no cambiara" el sistema de ticket. Y la "Mercedes Benz", que ofrecía "presentar un proyecto de ley distinto, que obligara a las empresas a pagar con tickets a los trabajadores". En esta última opción se les ofrecía dos millones de dólares por cada paso de avance del proyecto de ley: dos millones por presentarlo, dos millones si pasaba a comisión, otros dos si se aprobaba en Diputados. La propuesta sumaba, al final del proceso, 20 millones de dólares.

CD/PW

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