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Infojus Noticias

6-2-2014|17:46|Incendio Nacionales
Incendio en Barracas

“Es como una película que no hubiera querido ver nunca”

Jorge Laurens, con 31 años de servicio en la división de bomberos de la Policía, conversó con Infojus Noticias y narró cómo fue el día del horror que terminó con la vida de varios de sus compañeros. Desde el llamado a las 8 de la mañana y la preparación del operativo hasta las últimas palabras que cruzó con sus colegas, este es su testimonio.

  • Sol Vazquez
Por: Cecilia Devanna

El comisario Jorge Laurens tiene 50 años, 31 de servicio como bombero en la Policía Federal Argentina (PFA),  y desde ayer a la mañana está viviendo uno de los peores momentos de su vida. Jefe de División central de alarmas de la PFA, Laurence habló con Infojus Noticias poco antes de ir a ponerse su uniforme de gala para acompañar el cortejo fúnebre que llevará al cementerio a  los seis miembros de sus filas que murieron aplastados por una pared que cayó en el incendio del galpón de la firma Iron Mountain. En el lugar también fallecieron un bombero voluntario, dos miembros de defensa civil y resultaron heridas 7 personas.

 “A nosotros nos llegó un llamado a las 8:12, a través del 911 y dimos intervención. Avisaban que era por un  incendio en un depósito y se envió una dotación convencional y una cisterna de apoyo, que es como una autobomba pero con más agua para abastecer y menos personal)”. Cada dotación tiene un chofer, un oficial a cargo y ocho efectivos más. “Cada uno de los miembros tiene una función, uno corta los servicios, otro controla el abastecimiento de agua y así con cada cosa”.

En ese equipo iba Anahí Garnica, la única mujer que falleció. Tenía 30 años y había formado parte de la primera camada en la que hubo mujeres dentro de la división. “La tuve de alumna y la vi esa mañana cuando entró. Le hice un chiste, le dije que se portara bien que el día era largo, le hablé en broma como si fuera una de mis tres hijas”, recordó conmovido.

Mientras monitoreaba lo que pasaba en la sala operativa del cuartel escuchaba a Leonardo Day, uno de los Jefes que había ido al lugar. “Lo conocía hace 30 años, lo venía escuchando y de golpe dejé de escucharlo”.  Day murió en el momento.

A las 9:07 lo que Laurens escuchó fueron los gritos desesperados de los que estaban sobre la calle Jovellanos, en uno de los costados del galpón y salió para el lugar. Se puso a coordinar y contener en igual medida y se hasta las 22. En esas horas negras, en las que  fue sabiendo uno a uno quienes habían muerto: le impactaron muchas imágenes pero hubo una que lo llenó de orgullo: fue la de los bomberos que tras el horror de ver muertos a sus compañeros se pusieron de pie para seguir trabajando. “Continuaron con una línea de manguera”. Cuando vio que llegaban los que estaban fuera de servicio volvió a enorgullecerse de su gente, “porque estando fuera de su horario vinieron a colaborar”.

En medio de ese caos que incluía a las calles Jovellanos, Azara y Quinquela Martín también trabajaron miembros de contención psicológica del hospital Churruca que llegaron para atenderlos. “Cada uno hace el click cuando su cuerpo lo deja, cuando toma conciencia de lo que pasó”.

“Tengo muchos años de servicio y con el tiempo te vas endureciendo, te vas preparando para esto. Alguien tiene que hacerlo. Es como un dentista que saca una muela, que es algo yo no podría hacer”. Un minuto después reconoce “pero te golpea. No pensé que iba a vivir algo así”.  

Al esfuerzo sobrehumano de haber seguido trabajando luego de que muchos compañeros hubieran muerto, los bomberos debieron sumarle que mientras se realizaba el velatorio, en el salón dorado del cuartel, sonaran las sirenas para ir a apagar nuevos incendios en la ciudad.

Y durante los próximos días también deberán seguir yendo al galpón de Iron Mountains, porque el fuego no se extinguió totalmente y siempre pueden quedar focos debajo.  “Uno sabe que está para esto, pero es  como una película que no hubiera querido ver nunca”.

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