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“Es necesario una definición judicial. El retraso judicial hace que el patrimonio se siga escurriendo”, dijo el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia. Lo hizo al finalizar la conferencia de prensa en la que explicó el estado de la investigación judicial por el robo de piezas arqueológicas del Museo Ambato de La Falda, Córdoba. La causa, que tiene como único acusado al asesor de Mauricio Macri y especialista en arte precolombino Matteo Goretti, fue elevada a juicio oral por el juez federal de Córdoba Ricardo Augusto Fierro después que la presidenta Cristina Fernández lo criticara por "dormir" el expediente. Es la primera causa por violación a la ley de patrimonio arqueológico que podría llegar a juicio oral.

En 2011, en cuatro allanamientos en domicilios de Goretti, Interpol encontró 58 piezas arqueológicas del noroeste argentino pertenecientes a la colección Rosso, consideradas por el arqueólogo Rex González como “una de las mayores muestras de las culturas precolombinas”. El hallazgo representaba un 10 por ciento de las piezas robadas en 2008 del Museo Ambato.

Goretti es ex presidente de la Fundación Pensar, usina de ideas del PRO, y asesor del jefe de gobierno porteño. En aquel momento alegó haber comprado las piezas “de buena fe”. El juez Federal Ricardo Augusto Fierro, criticado por la Asociación Amigos del Museo Ambato por “dormir” la causa, lo procesó por violación a la Ley Nacional 25.743 de protección del patrimonio arqueológico y paleontológico y elevó el expediente a juicio oral. De esta manera el plazo de prescripción de la causa quedó suspendido. Ahora, la Cámara Federal de Aplicaciones deberá resolver la apelación de la defensa.

“En este tipo de causas, con delitos con penas bajas, el tiempo de prescripción es muy breve”, explicó Eduardo Garbino Guerra a Infojus Noticias, abogado de la asociación. Según el letrado, el juez Federal Bustos Fierro dejó la causa al borde de la extinción. “El apoyo de la Presidenta puede haber ayudado a acelerar la investigación judicial”, agregó. Se refería a los tuits escritos por la Presidenta hace 20 días, en los que criticó a la Justicia por no avanzar en la causa. Garbino Guerra cree que la Cámara Federal va a confirmar el procesamiento de Goretti. “Antes de fin de año debería fijarse la fecha de las audiencias del juicio oral”, dijo.

El interés de Cristina en el tema no se quedó en Twitter. Ayer a las 20 recibió a miembros de la asociación. La reunión fue breve y a puertas cerradas. Hoy, durante la conferencia de prensa, Coscia definió a la provincia de Córdoba como una “zona roja” para el tráfico de piezas arqueológicas. Lo acompañaban la directora nacional de Acción Federal, María Elena Troncoso; el director nacional de Patrimonio y Museos, Alberto Petrina; y miembros de la Asociación  Amigos del Museo Ambato.

Según explicó Coscia, Córdoba es la única provincia que no adhirió a la ley de protección del patrimonio arqueológico, sancionada en junio de 2003. “En lo que refiere al Estado nacional, el compromiso (con la protección del patrimonio cultural) está asumido”, dijo. Además el funcionario criticó la actuación de la Justicia. “La causa estuvo considerablemente demorada”, dijo. Más tarde agregó: “Es necesario una definición judicial. El retraso da tiempo para que el patrimonio se siga escurriendo”, dijo.

Troncoso explicó que desde la secretaría se está trabajando para crear un Registro de Infractores y Reincidentes que violen la ley de patrimonio arqueológico. Para ello, explicó, es necesario que la Justicia avance en las investigaciones y se pueda llegar a una condena. El caso Goretti es la primera causa por violación a la ley 25.473 que podría llegar a juicio oral.

Al finalizar la conferencia de prensa, los funcionarios de la secretaría de Cultura firmaron un convenio con la asociación. El documento establece la “restauración y puesta en valor” del museo, aportes para la investigación y el “acompañamiento y difusión de la causa penal iniciada contra Matteo Goretti”.

“El apoyo de la presidenta y de la secretaría de Cultura es decisivo”, explicó Garbino Guerra, quien consideró que la experiencia del robo al museo “tiene que servir de aprendizaje”.