Se trata de la hija de un cacique mapuche. Sus restos fueron restituidos a fines de 2014. Había sido exhibida en vitrinas del Museo de La Plata desde su muerte. El cuerpo llegó ayer a Las Huaytecas y fue recibido por comunidades originarias de Río Negro, Chubut, Mendoza y Neuquén reunidas en ese territorio.
Los restos de Margarita Foyel, hija del lonko (jefe) mapuche Foyel, restituidos a fines de 2014 luego de su exhibición en vitrinas en el Museo de La Plata desde su muerte hace 130 años, serán enterrados hoy en territorio ancestral. El cuerpo fue recibido ayer por la tarde por comunidades originarias de Río Negro, Chubut, Mendoza y Neuquén reunidas en el territorio Las Huaytecas, destino final de la mujer muerta en cautiverio.
Comienza a cerrarse así un dilatado proceso, con dos postergaciones, complicado por las dificultades para distinguir estos restos de otros pobladores mapuches capturados en la conquista militar de la Patagonia, comandada por el general Julio Argentino Roca. Las Huaytecas es un territorio ancestral mapuche ubicado a 90 kilómetros al sur de Bariloche y a 30 kilómetros al norte de Chubut, en donde residen las comunidades emparentadas con el lonko Foyel y su hija, a los que recientemente la Corte Suprema de la Nación protegió de un pedido de desalojo convalidado por el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro.
El traslado de los restos de Margarita Foyel comenzó en Tecka, en el oeste de Chubut, donde estaban desde hace tiempo resguardados en el santuario del lonko mapuche tehuelche Inacayal. Allí, el jueves pasado en una ceremonia religiosa, el machi (consejero espiritual) de las comunidades determinó cuál de tres cerebros corresponde a la mujer, y esta mañana comenzaron los preparativos para celebrar el regreso de la hija del jefe indígena a su territorio.
La ceremonia comenzó con el preparativo del rewe (lugar sagrado) en Las Huaytecas, junto al que al mediodía los participantes del encuentro compartieron un almuerzo, como parte del elegun (ceremonia de regreso a su lugar), mientras esperaban la llegada de la caravana con los restos de Margarita.
El cortejo con los restos recorrió aproximadamente 300 kilómetros desde Tecka, y al llegar al territorio el contingente descendió de los vehículos y realizó una caminata precedido por jinetes, de poco más de un kilómetro, hasta un sitio llamado Nuevo Cruce de Mallín Ahogado, donde se encontraron con quienes prepararon el elegun.
Allí recibieron a los restos con cantos y sonidos de instrumentos ancestrales, luego de lo que niños, mujeres y hombres de todas las edades caminaron de vuelta hacia Las Huaytecas, celebrando la llegada de los restos de Margarita Foyel. Después los restos fueron llevados al lugar elegido para el entierro, donde comenzó una vigilia entre cantos y sonidos de fuerza y bienvenida, en la que agitaron ramos hechos con maitén.
"No tenemos palabras para definir este momento, han sido tantos años de lucha, martirio, avasallamiento, crímenes de genocidio, para que hoy Margarita pueda volver a su territorio. Es uno de los primeros pasos que estamos dando, porque aún nos quedan mucho para seguir dando", expresó una referente de Las Huaytecas.
Por su parte Lorena Cañuqueo, antropóloga e integrante de la comunidad de Rincón Chico Lof Mariano Epulef, se refirió al concepto de genocidio con el que los científicos analizan la conquista militar de Roca y la colaboración de civiles como el perito Francisco P. Moreno, naturalista y explorador de la región, y fundador y primer director del Museo de La Plata, a donde terminaron cientos de restos mortales de pobladores originarios de todo el país.
"Fue muy profundo el grado de violencia y racismo que existió como mecanismo de expulsión de los habitantes originarios de los territorios, y el sadismo de los intelectuales fundantes del Estado nacional. Cuando eso se establece como política de Estado, estamos hablando de un genocidio", explicó en dialogo con Télam.
Agregó que "esto es una muestra de la responsabilidad histórica que tiene el Estado con los pueblos indígenas en general y con los mapuches particularmente. Es profundo y deja marcas el dolor que dejó la violencia estructural que existió sobre el pueblo indígena". Tras el acompañamiento de los restos hacia el rewe se dio inicio a la vigilia que concluyó con la ceremonia central Guillipun, y aproximadamente a las 10 procederán con el entierro al pie del cerro Serrucho, al margen oeste del cipresal de Las Huaytecas.
TELAM/JC