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La Casa Suiza, ubicada en el barrio de Congreso, forma parte del patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires desde que una ley de la Legislatura porteña le asignó esa calidad en 2008. Sin embargoya hubo varios intentos de demolición de la emblemática construcción.

El edificio perteneció a la Sociedad Filantrópica Suiza, que guareció a los esclavos libertos que nacieron después de la asamblea del año XIII. Allí, a los hijos de los esclavos se les ofrecía quedarse en la posada y se les ayudaba a buscar trabajo. También albergó espectáculos de artistas de la talla de Carlos Gardel. Por el recuerdo de los carnavales afroporteños, y por la arquitectura art decó de la construcción que data de mediados del siglo XIX, varias ONGs como Basta de Demoler, Misibamba –orientada al fomento de la cultura afroporteña- y los mismos vecinos de la Casa Suiza decidieron impulsar la protección del histórico solar.

En 2008, los vecinos del edificio contiguo presentaron un recurso de amparo para protegerla, y la jueza porteña Alejandra Petrella, del fuero administrativo –que estaba en turno por la feria judicial-, concedió una medida precautelar hasta tanto el Gobierno porteño estuviera notificado del reclamo y presentase informes sobre la situación. Una vez finalizada la feria, el expediente se sorteó  y cayó en manos de la jueza Andrea Danas, que en base a los informes presentados confirmó la cautelar y comenzó a analizar el fondo de la cuestión.

Al mismo tiempo que acudían a la Justicia, los vecinos visitaron a los legisladores del Frente para la Victoria en la Legislatura porteña, y promovieron una ley para declarar al edificio como bien integrante del patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires. La ley es la nº 2959, sancionada a fines de 2008. La protección indica la preservación del pórtico de ingreso, las arañas de cristal y el archivo histórico de la Sociedad Filantrópica Suiza.

A pesar de la protección legal y judicial del edificio, Laura Driau, una de las vecinas denuncia que encontró en la calle varios de los documentos históricos que componen el archivo protegido por ley. Driau encontró un libro de contabilidad de la Sociedad Filantrópica Suiza que data de 1861, en una bolsa de consorcio sobre la puerta del edificio. Además, denunció que varias veces ingresaron operarios para retirar parte del mobiliario, y que en esas irrupciones también se deterioró parte de la estructura del edificio. Otro daño que sufrió el inmueble fue un principio de incendio, que también afectó documentación antigua.

Leandro Macía, el abogado de los vecinos, le explicó a Infojus Noticias que sólo falta la declaración de una testigo para que se dicte sentencia, por lo que antes de fin de año debiera existir un fallo que defina el estado del inmueble. Lo que aún no se sabe es si ese fallo, que posiblemente reconozca lo proclamado en la ley 2959, llegará a tiempo para evitar la destrucción total o la desaparición del pórtico, la araña de claireles y los restos del archivo de la Sociedad Suiza, información invalorable para reconstruir la historia de la cultura afroporteña.